Los socavones, esas formaciones geológicas repentinas que pueden tragarse vehículos, casas o incluso calles enteras, han demostrado ser tanto potencialmente mortales como costosos. Estos eventos, aunque en su mayoría raros en su forma más extrema, ocurren cuando el agua de lluvia ácida erosiona el lecho rocoso subterráneo, causando colapsos inesperados. Un ejemplo significativo se presentó en 2019, cuando el uso excesivo de aguas subterráneas causó un vasto socavón cerca de Konya, Turquía.
Los socavones suelen formarse en áreas con terrenos kársticos, donde el lecho rocoso, como la piedra caliza o la dolomita, es susceptible a la erosión por el agua subterránea. Este proceso puede llevar a la creación de cavidades subterráneas que, al no poder soportar el peso de la superficie, resultan en un colapso. Estos eventos pueden ser exacerbados por factores como la sequía, las fuertes lluvias y las actividades humanas, incluyendo la construcción y la extracción excesiva de agua subterránea.
En Estados Unidos, los estados como Florida, Texas, Alabama, Missouri, Kentucky, Tennessee y Pensilvania son particularmente propensos a estos fenómenos. A pesar de la falta de una base de datos exhaustiva, se estima que los daños relacionados con los socavones en EE. UU. ascienden a unos 300 millones de euros anuales. Florida, con su suelo arenoso y lecho rocoso de piedra caliza, es infame por su susceptibilidad a los socavones.
Los tamaños de los socavones pueden variar enormemente, desde unos pocos metros hasta varias hectáreas, con profundidades que van desde unos meros 30 centímetros hasta cientos de metros. Estas formaciones pueden tener la apariencia de cuencos poco profundos o cavidades profundas con paredes verticales, y en ocasiones, cuando se acumula agua, pueden formar estanques.
Curiosamente, algunos socavones han ganado notoriedad como atracciones turísticas. El socavón de Xiaozhai Tiankeng en China, el más grande del mundo, es un destino turístico notable debido a su vasta biodiversidad, incluyendo especies raras como la pantera nebulosa. Similarmente, un socavón que apareció en el Museo Nacional de Corvette en Kentucky, EE. UU., en 2014, contribuyó a un aumento en el turismo y resultó en una nueva exposición en el museo.
A pesar de su potencial destructivo, la predicción de los socavones sigue siendo un desafío. Actualmente, solo técnicas costosas de prospección geofísica y perforación de prueba pueden detectar cavidades subterráneas con algún grado de certeza. Esto subraya la importancia de la conciencia y la preparación en áreas propensas a este fenómeno geológico inquietante y a menudo costoso.
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