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¿Son los pandas de verdad osos? ¿Cómo diferenciarlos?

Cuando uno dice u oye la palabra «panda», la mente inmediatamente piensa en un animal grande, esponjoso, raro y monocromático. Pero el célebre panda gigante, que mastica bambú y es endémico de una franja de China, no es la única criatura que responde a este nombre.

De hecho, hay dos especies distintas que comparten este emblemático nombre: el panda gigante y el panda rojo. Pero si te los mostrasen uno junto al otro y te pidieran que señalaras al panda, uno de los dos destacaría sobre el otro (de manera sonrojante). A pesar de que la discriminada sería la criatura con más derecho a ese nombre. 

Volviéndose rojo: ¿o también blanco y negro?

Disney-Pixar ha vuelto a poner de moda esta simpática criatura con el estreno en Disney + España el pasado 11 de marzo de la película Turning Red (que en español significa «volvíendose rojo», si bien en nuestro país el título a sido traducido a simplemente Red). Pero ¿qué más diferencias además de la evidente, existen entre los pandas rojos y los otros? En primer lugar, tenemos la estatura. Con una altura de entre 1,5 y 1,80 metros y un peso de hasta 113 kilos, el panda gigante (y su subespecie más alta y ligeramente más delgada, el panda de Qinling) es más o menos comparable a un humano fornido y pesado.

El panda rojo, sin embargo, es más o menos comparable a un gato doméstico pesado. El panda gigante parece un oso negro disfrazado; el panda rojo parece un mapache oxidado. Con su cola anillada y resplandeciente, sus orejas en forma de cuña y su hocico puntiagudo, el panda rojo es muy simpático, pero de una manera muy diferente al resto de pandas. ¿Por qué se les llama panda? ¿Acaso estamos ante un caso de nomenclatura perezosa? No del todo.

Rojo de dientes y garras

La palabra «panda» tiene un origen ambiguo, pero una de las teorías es que procede del nepalí nigalya ponya («comedor de bambú») o paja («garra»). Sin embargo, una cosa es segura: se aplicó primero al panda rojo. 

El animal fue descrito por el zoólogo francés Frédéric Cuvier en 1825, quien añadió el nombre científico de Ailurus fulgens, literalmente «gato brillante». Es comprensible que Cuvier juzgara al panda rojo como un miembro especialmente antisocial de la familia de los mapaches. 

«Los pandas rojos son animales solitarios y tímidos», dice Ang Phuri Sherpa, director nacional en Nepal del grupo de conservación The Red Panda Network. «Pueden encontrarse en parejas en el momento de su apareamiento, y cuando los cachorros están acompañados por una madre». Ang Phuri dice que el nombre del panda podría tener su origen en otra palabra nepalí, punde, que significa «tener marcas blancas en la cara», y añade: «Es cierto en términos de etimología que el panda rojo es el único panda ‘verdadero».

Aunque los pandas, tanto el gigante como el rojo, comparten un nombre común, dadas sus evidentes diferencias físicas cabría esperar que no compartieran un nombre científico. Sin embargo, casi lo hacen. El género del panda gigante es Ailuropoda, que en este caso significa «pie de gato» y no simplemente «gato». 

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EtiquetasOsos Panda