El avance en el deterioro planetario se intensifica y, sin cambios significativos en nuestros hábitos y relaciones con la naturaleza, la situación podría volverse insostenible. Así lo advirtió el ecólogo y exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez.
Durante su conferencia “El planeta: por qué importa hablar de medio ambiente y biodiversidad” en la Casa Universitaria del Libro, Sarukhán Kermez explicó que dos de los principales factores que deterioran nuestro ambiente son la pérdida de biodiversidad y el cambio climático global. Ambos impactan directamente el equilibrio natural de los ecosistemas y tienen una estrecha relación con el bienestar humano.
Remarcando el ritmo desmedido con el que los humanos han transformado el planeta, el ecólogo señaló: “Hemos generado más destrucción ambiental en dos siglos que en toda la historia de nuestra especie”. El CO2, cuya tasa anual sigue en aumento, permanecerá en la atmósfera durante más de cien años, haciendo que sus efectos sobre el calentamiento global persistan incluso si se suspendieran todas las emisiones ahora.
Con una perspectiva preocupante, Sarukhán Kermez enfatizó que, para sostener a la población mundial en las condiciones actuales, necesitaríamos un planeta y medio. Si continuamos al ritmo actual, para 2050 se requerirían cuatro planetas.
El uso desmedido de plásticos es un claro ejemplo de los retos actuales. En 2015, se produjeron 448 millones de toneladas de plástico, y hasta ahora, el 79% de la basura plástica producida sigue acumulándose en el ambiente, con un foco crítico en los océanos.
El científico también remarcó la necesidad de internalizar conceptos esenciales como entender que somos una especie más en el planeta y que los recursos son finitos. Las desigualdades sociales y nuestra constante infracción o ignorancia de las leyes físicas y biológicas conducen a lo que denominamos “problemas ambientales”.
Para lograr cambios significativos, es imperativo una “participación social informada y proactiva”, enfatizó Sarukhán Kermez. Sugirió acciones como reducir el consumo de carne roja, utilizar más el transporte público, apoyar áreas naturales protegidas y ser proactivos en la sensibilización de nuestro entorno sobre estos temas.
En un llamado a la acción, concluyó que sin una transformación en nuestro comportamiento y conciencia ambiental, los costos sociales y la pérdida de bienestar podrían alcanzar niveles inaceptables en un futuro cercano.
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