Redacción: Alma Cataneo
El calentamiento global es una de las mayores crisis de nuestro tiempo, y los científicos advierten constantemente sobre la importancia de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5°C o, en el peor de los casos, de 2°C. Pero ¿qué significan realmente estos límites y por qué seguimos hablando de ellos?
¿Por qué 1.5°C y 2°C son límites clave?
El Acuerdo de París, adoptado en 2015, estableció el objetivo de mantener el calentamiento global «muy por debajo de los 2°C» con esfuerzos para limitarlo a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales. Estos valores no fueron elegidos al azar, sino que representan umbrales críticos más allá de los cuales los impactos del cambio climático podrían volverse mucho más peligrosos e irreversibles.
Las diferencias entre 1.5°C y 2°C
Aunque medio grado puede parecer poco, la diferencia entre un aumento de 1.5°C y 2°C es significativa:
🔹 Eventos climáticos extremos más intensos y frecuentes: Olas de calor, huracanes, sequías e incendios forestales aumentarían en gravedad y duración.
🔹 Riesgo para los ecosistemas y la biodiversidad: Con 2°C de calentamiento, el doble de especies de plantas y vertebrados perderían su hábitat en comparación con un aumento de 1.5°C.
🔹 Derretimiento de los polos y aumento del nivel del mar: A 2°C, el deshielo de Groenlandia y la Antártida Occidental sería más rápido, lo que provocaría un aumento del nivel del mar que amenazaría a ciudades costeras y pequeñas islas.
🔹 Seguridad alimentaria y acceso al agua: Con un calentamiento de 2°C, la producción agrícola se vería gravemente afectada, aumentando la inseguridad alimentaria a nivel global.
Actualmente, el planeta ya se ha calentado aproximadamente 1.2°C por encima de los niveles preindustriales. Según los informes del IPCC (Panel Intergubernamental sobre cambio climático), si no se reducen drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, podríamos superar los 1.5°C en la próxima década y alcanzar los 2°C a mediados de siglo.
Para evitarlo, es urgente:
✅ Reducir el uso de combustibles fósiles y aumentar la energía renovable.
✅ Fomentar políticas de sostenibilidad y eficiencia energética.
✅ Proteger bosques y ecosistemas clave que absorben CO₂.
✅ Transformar los sistemas de producción y consumo hacia modelos más sostenibles.
El cambio climático no es un problema del futuro, sino del presente. Cada fracción de grado cuenta y cada acción que tomemos ahora definirá la vida en el planeta en las próximas décadas. La ventana de oportunidad para actuar se está cerrando, pero aún podemos cambiar el rumbo. El momento de actuar es ahora.