Redacción: Naome Zavala
En el corazón del Tolima, la sabiduría ancestral de las comunidades indígenas se fusiona con la gestión ambiental de la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, en una ambiciosa alianza. Esta colaboración estratégica busca fortalecer el papel de los pueblos originarios como guardianes del medio ambiente, invirtiendo más de $7.500 millones desde 2020 para proteger y revitalizar los territorios ancestrales que han cuidado por siglos.
Bajo el liderazgo de Olga Lucía Alfonso, Cortolima ha desplegado una serie de iniciativas que van desde la restauración ecológica hasta la mitigación del cambio climático, siempre de la mano con los habitantes de estas tierras. La inversión se traduce en acciones concretas que no solo buscan la conservación de los ecosistemas, sino también la mejora de la calidad de vida de las comunidades indígenas, respetando y potenciando su profundo conocimiento del entorno.
Una de las áreas de mayor impacto es la restauración ambiental, con intervenciones clave en predios estratégicos de municipios como Ortega, Natagaima, Prado y Coyaima. Aquí, se ha impulsado la reforestación y la recuperación de ecosistemas vitales, beneficiando directamente la economía de las familias locales. Ante la creciente amenaza del estrés hídrico, Cortolima también ha financiado la construcción de reservorios de aguas lluvias en resguardos de Natagaima, Coyaima y Ortega, asegurando el acceso a este recurso esencial para el riego y el sustento de la ganadería y los cultivos.
La educación ambiental con enfoque étnico es un pilar fundamental de esta alianza, promoviendo el fortalecimiento organizativo de los pueblos indígenas a través de talleres y entrega de insumos en municipios como Purificación, Natagaima y Planadas. Respetando la cosmovisión del pueblo pijao, se han actualizado y formulado Proyectos Ciudadanos de Educación Ambiental (Procedas) centrados en la protección de fuentes hídricas, y se ha creado un semillero de liderazgo ambiental ancestral.
Finalmente, en la lucha contra los efectos del cambio climático, Cortolima ha implementado soluciones innovadoras. Se han construido estufas ecoeficientes en comunidades indígenas, acompañadas de huertos dendroenergéticos que reducen la tala de árboles y mejoran la calidad del aire. En Ortega, 100 huertas caseras fortalecen la seguridad alimentaria y promueven la producción sostenible. Además, la instalación de Sistemas de Tratamiento de Aguas Residuales (STAR) y el proyecto “Cosecha de Agua, Agua para vivir” benefician a comunidades en Natagaima y Coyaima, garantizando el acceso al agua y protegiendo los ríos y quebradas. Esta alianza demuestra un compromiso sólido con la protección ambiental y el reconocimiento del invaluable papel de las comunidades indígenas.
