Donald Trump está manipulando al mundo con diferentes mensajes y acciones amenazantes desde su triunfo en las elecciones para la presidencia el martes 5 de noviembre del año pasado y más después de su toma de posesión el 20 de enero. Como aquel viejo juego de la perinola, el mandatario norteamericano quiere tomar todo mientras todos ponen lo que pueden para tenerlo tranquilo…temporalmente.
El presidente norteamericano alega que mientras México y Canadá continúen sin controlar sus fronteras comunes con territorio estadounidense, el gravamen de 25 por ciento de aranceles se mantendrá vigente. Trump manipula permanentemente los tiempos – con su habilidad de manejar medios y redes sociales — para mantener inquietos a ambos países y que estos continúen movilizando tropas y recursos para detener el flujo migrante en ambas fronteras.
Para México la exigencia ha sido mayor porque Trump también está obligando a que el gobierno combata con mayor intensidad y tenga resultados contra los cárteles, que, por cierto, se fortalecieron con el paso de los sexenios, en mayor medida con el mandato reciente de Andrés Manuel López Obrador y su estrategia de “abrazos no balazos”, un fracaso que empoderó más a las organizaciones criminales.
El presidente norteamericano ha obligado a Claudia Sheinbaum Pardo a revertir el legado de López Obrador en materia de combate al narco al ordenar la detención de capos de distintos niveles y decomiso de volumen importante de droga, en especial fentanilo y cocaína, como lo desea Trump. Además, la presidenta tuvo que “enviar” – a todas luces de manera ilegal, sin ordenes de extradición — a Estados Unidos a 29 narcotraficantes, entre ellos Rafael Caro Quintero, en un operativo nunca antes visto en la historia del país.
Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República y Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, justificaron esa violación a la ley y a los derechos de los inculpados, con la afirmación de que se corría el peligro de que jueces corruptos los liberaran. Sin embargo, por enésima ocasión el gobierno morenista acusó sin presentar una sola prueba, pero la realidad eso es producto de la presión del mandatario estadounidense.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también ha sido presionado con diferentes amenazas por parte de Trump, una de ellas, la peor, llamarlo “gobernador” y desear que Canadá se anexe como el estado 51 de la Unión Americana. Además, tiene sobre sí la posibilidad de la aplicación de aranceles y la presión de detener el flujo migratorio o se acabarán sus privilegios comerciales.
Donald Trump quiere el regreso a Estados Unidos del Canal de Panamá y hacerse de Groenlandia. No quita el dedo del renglón en ambos temas, aunque el gobierno panameño y Dinamarca, poseedora oficial de la isla helada, le han negado ambas posibilidades.
Amenazó a Ucrania, a través de su presidente Volodimir Zelensky, que podría retirar el apoyo del gobierno de la Casa Blanca, si no firma la paz con Rusia y le dé acceso a las riquezas minerales sin explotar a cambio de inversiones. Trump ha dicho que está intentando recuperar el dinero que ha invertido en el gobierno de Kiev, adueñándose de los recursos naturales del país. Bochornoso el episodio que escenificaron en la Casa Blanca el viernes 28 de febrero, con Trump reprendiendo a Zelensky como si fuera chamaco escolar.
Sobre Medio Oriente, el presidente estadounidense dijo la semana pasada que el gobierno de Washington debe controlar la Franja de Gaza, convertirla en “La Riviera de Medio Oriente” y realojar a los palestinos en Egipto y Jordania. Esa declaración cimbró al mundo árabe porque saben que tiene mucho de verdad y amenaza. Incluso Trump publicó una imagen — con Inteligencia artificial – de él y Benjamín Netanyahú, primer ministro de Israel, disfrutando del mar, el Sol y el clima en la zona, recostados en camastros, y otra de una enorme estatua del magnate norteamericano a la mitad de Gaza.
La ambición y el deseo de poder de Donald Trump no tienen límites. Y todavía faltan cuatro años – o más – para saber de qué tanto es capaz. El mundo está en vilo.
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