Iniciativa pública y Medio ambiente

Tu planeta te necesita: gestos sencillos que marcan la diferencia

Redacción:  Amairany Ramírez

El estado de nuestro planeta nos llama a la acción. La contaminación, la deforestación y la pérdida de especies han aumentado de forma preocupante, y fenómenos extremos como sequías o inundaciones son cada vez más frecuentes. Ante esta emergencia climática, puede parecer que los ciudadanos no podemos hacer mucho, pero la realidad es que todos, desde casa, la escuela o el trabajo, tenemos el poder de contribuir significativamente a la protección del medio ambiente con acciones cotidianas y sencillas. 

Cuidar el medio ambiente no requiere grandes sacrificios, sino un compromiso consciente y la práctica de pequeños hábitos en nuestro día a día. Estas acciones no solo ayudan al planeta, sino que a menudo también nos permiten ahorrar recursos y dinero. Además, son hábitos que debemos adoptar los adultos y enseñar a los más pequeños, transmitiendo valores de respeto hacia la naturaleza, los animales y los recursos naturales. 

Diversas organizaciones y fuentes oficiales coinciden en que pequeños cambios en nuestra rutina pueden tener un gran impacto. Aquí te presentamos algunas de las acciones más recomendadas y fáciles de implementar: 

En casa y en la vida cotidiana: 

  • Ahorra agua: El agua es un recurso vital y escaso que debemos usar con responsabilidad. Acciones tan simples como cerrar el grifo mientras te lavas los dientes o friegas los platos, ducharte en menos tiempo, juntar el agua fría inicial de la regadera mientras esperas a que salga caliente, o reutilizar el agua de lavar verduras para regar plantas son muy efectivas. También es clave asegurarse de que los grifos no goteen y lavar la ropa con la lavadora llena o reutilizando el agua del enjuague si lavas a mano. 
  • Gestiona tus residuos: Es fundamental separar la basura en orgánicos, vidrio, cartón, plásticos y, si aplica, desechos tóxicos. Los residuos orgánicos pueden convertirse en composta, un abono natural muy útil. Para los inorgánicos, aplastar latas y envases facilita su clasificación y reciclaje. Llevar al punto limpio elementos como aceite usado, productos tecnológicos o muebles es también necesario. Practicar las “3 R” (Reducir, Reutilizar y Reciclar) es clave para disminuir la cantidad de basura que generamos. 
  • Reutiliza y dale una segunda vida: Antes de tirar algo, piensa si puede tener otro uso. Puedes transformar envases en objetos útiles, usar el papel por ambos lados, dar ropa o juguetes que ya no necesitas a otros, o simplemente reutilizar las bolsas del supermercado. Esto ayuda a ahorrar dinero y reduce la necesidad de comprar todo nuevo. Incluso puedes organizar ventas de garaje o donar artículos que ya no uses. 
  • Ahorra energía: Desconectar los cargadores de tus aparatos electrónicos cuando no los usas puede marcar una gran diferencia y alargar la vida útil de los dispositivos. Los aparatos enchufados, aunque estén apagados, siguen consumiendo energía. Utilizar regletas con interruptor es un buen truco. Aprovechar al máximo la luz natural abriendo ventanas y subiendo persianas reduce el consumo de luz eléctrica y genera un ahorro económico. Cambiar las bombillas por opciones de bajo consumo también es una inversión rentable a largo plazo. Regular la temperatura del hogar con un termostato, subiendo o bajando solo un grado, impacta notablemente en el consumo de calefacción o aire acondicionado. 

Fuera de casa: 

  • Movilidad sostenible: Reducir el uso del automóvil particular y optar por caminar, usar bicicleta o el transporte público ayuda a disminuir la contaminación en las ciudades. Compartir coche también es una excelente opción. Mantener tu coche afinado y con la presión correcta en los neumáticos mejora su eficiencia y reduce emisiones. Evitar llenados excesivos del tanque de gasolina previene derrames y evaporación de compuestos. 
  • Consumo consciente y responsable: Reflexionar sobre nuestros hábitos de compra es esencial. Prefiere productos con menos empaque y que utilicen materiales reciclables o sean envasados de forma sencilla con menos plásticos. Evita los productos desechables, especialmente el unicel, y opta por envases retornables o contenedores reutilizables para tus bebidas en la escuela o el trabajo. Siempre que puedas, elige productos elaborados localmente y consume frutas y verduras de temporada, idealmente orgánicas. Rechazar productos redundantes o innecesarios es parte fundamental de la economía circular. 
  • Cuida tu entorno: No tires basura en la calle y evita quemar basura u hojas, o hacer fogatas en zonas no permitidas. 

Conectar con la naturaleza, valorarla y apreciarla es una tarea de todos. Poner en práctica estas medidas sencillas ayuda a prevenir, detener e incluso revertir la degradación de los ecosistemas. El futuro del planeta depende de las acciones que tomemos hoy. 

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