Iniciativa pública y Medio ambiente

Turkmenistán y su compromiso para reducir las emisiones récord de metano 

Redacción: Joel Charles

El país más contaminante busca soluciones a uno de los mayores agentes del calentamiento global. 

Turkmenistán, conocido por ser el país que más emisiones de metano produce a nivel mundial, se enfrenta al desafío de reducir su impacto en el calentamiento global. El metano, un potente gas de efecto invernadero, representa aproximadamente el 25% de las emisiones que contribuyen al cambio climático, y Turkmenistán se ha convertido en uno de los principales responsables de esta problemática. 

Bajo el liderazgo del presidente Serdar Berdimuhamedov, quien ha prometido tomar medidas al respecto, Turkmenistán ha tomado la iniciativa para abordar las emisiones de metano. Según informes de The Guardian, el país ha experimentado episodios de emisiones equivalentes a las producidas por 67 millones de automóviles, y dos de sus principales fugas han igualado las emisiones de todo el Reino Unido. 

Gran parte de estas emisiones provienen de infraestructuras obsoletas, como oleoductos y gasoductos, que carecen de tecnología para minimizar su huella climática. Sin embargo, recientemente se ha producido un cambio en la postura del país. Turkmenistán ha aprobado una hoja de ruta para mejorar su legislación nacional sobre emisiones de metano y ha firmado el Compromiso Global del Metano, uniéndose a otros 150 países comprometidos con la reducción de estas emisiones. En este esfuerzo, se espera que el Instituto Nacional de Emisiones de Metano (IMEO) de la ONU brinde apoyo y asesoramiento. 

El enfoque se centra en controlar las emisiones de empresas estatales como Turkmenoil y Turkengas, así como en otras áreas de extracción de gas en el Mar Caspio. La costa oeste de Turkmenistán se considera uno de los puntos más críticos en términos de emisiones de metano a nivel mundial. 

Sin embargo, queda por ver si Berdimuhamedov cumplirá sus promesas y si se producirán mejoras significativas en la reducción de emisiones. La entrada de inversión extranjera en el país podría ser un factor clave para lograr estos cambios. Hasta ahora, los datos de años anteriores (2019-2022) muestran que las reducciones han sido insuficientes, manteniéndose por encima de las 4 millones de toneladas anuales. 

Un ejemplo emblemático de las consecuencias de las emisiones de metano en Turkmenistán es el Pozo de Darvaza, conocido como las «Puertas del Infierno». Este espectacular cráter en llamas desde la década de 1970 es un recordatorio visual de los desafíos que enfrenta el país. Aunque no se trata de una fuente masiva de emisiones, su presencia simbólica refleja la situación en Turkmenistán. El Pozo de Darvaza es una atracción turística, pero también representa un alto riesgo para el calentamiento global y la salud de la población. 

El metano es especialmente perjudicial debido a su capacidad para atrapar el calor en la atmósfera, siendo alrededor de 67 veces más potente que el dióxido de carbono en términos de contribución al cambio climático. Aproximadamente el 60% de las emisiones de metano son generadas por actividades humanas, incluyendo la explotación de petróleo y gas, así como el fracking. 

Las emisiones de metano representan más del 40% del calentamiento global y permanecen en la atmósfera durante más de 12 años. Además del impacto climático, la quema de metano puede producir carbono negro y generar nubes tóxicas, lo que afecta tanto al cambio climático como a la calidad del aire y la salud humana. 

Por estas razones, se insta a los países a reducir al máximo sus emisiones de metano, y en el caso de Turkmenistán, es crucial que se tomen medidas para apagar las «puertas del infierno» y abordar su posición como el principal emisor mundial de este gas. Aunque el país es conocido por su opacidad, el compromiso declarado por Berdimuhamedov brinda esperanzas de un cambio significativo en esta problemática. 

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