Iniciativa pública y Medio ambiente

Un año de desafíos, avances y esperanza

Un año de desafíos, avances y esperanza

Redacción:  Amairany Ramírez 

El año 2024 estuvo marcado por fenómenos meteorológicos extremos y un aumento global de las temperaturas, superando por primera vez el umbral de 1.5 °C de calentamiento anual, sin embargo, en medio de los desafíos climáticos, también se registraron importantes logros en el ámbito medioambiental. Desde la transición energética hasta la conservación de ecosistemas, estos avances ofrecen esperanza para un futuro más sostenible. 

A continuación, te presentamos los acontecimientos más destacados de 2024 que merecen reconocimiento antes de que comience el 2025. 

Reino Unido dice adiós al carbón 

El Reino Unido cerró su última central eléctrica de carbón, marcando el fin de una era para el país que fue pionero en su uso durante la Revolución Industrial. El 30 de septiembre, las chimeneas de la planta de Ratcliffe-on-Soar dejaron de emitir humo, sellando un cambio histórico en la matriz energética del país. 

El sitio ahora será desmantelado y existen propuestas para convertirlo en un almacén de baterías, como ocurrió con la planta Ferrybridge C, que actualmente abastece a 250,000 hogares. Este logro refleja un compromiso global hacia la descarbonización y la reutilización de espacios energéticos. 

Energías renovables: Un crecimiento sin precedentes 

En abril, la generación eólica en Estados Unidos alcanzó un récord histórico, superando al carbón como fuente de energía. A nivel global, la Agencia Internacional de Energía (AIE) proyecta un aumento de 5,500 GW en capacidad renovable para 2030. 

China lidera esta transición energética, representando más de la mitad de la capacidad renovable instalada en el mundo. Fatih Birol, director de la AIE, calificó esta expansión como una “hermosa historia” impulsada por la economía, destacando a China y la energía solar como sus principales motores. 

Reconocimiento legal a la naturaleza 

En un movimiento pionero, varios países otorgaron personalidad jurídica a elementos de la naturaleza. En Ecuador, ríos y bosques fueron protegidos mediante este estatus legal. En Nueva Zelanda, los picos del Parque Nacional Egmont ahora se reconocen como montañas ancestrales bajo el nombre de Te Kāhui Tupua. 

Brasil también se sumó al movimiento, reconociendo olas oceánicas como seres vivos con derechos a la regeneración. Además, líderes indígenas en el Pacífico promovieron el reconocimiento de ballenas y delfines como «personas jurídicas», facilitando la defensa legal de estos seres en casos de daños ambientales. 

Áreas marinas protegidas en las Azores 

El gobierno portugués anunció la creación de la mayor área marina protegida del Atlántico Norte en el archipiélago de las Azores. Este espacio, que abarcará 287,000 km², estará destinado a proteger especies marinas y fuentes hidrotermales únicas, restringiendo actividades humanas como la pesca y la extracción de recursos naturales. 

Disminución de la deforestación en la Amazonía 

La Amazonía brasileña registró en 2024 su nivel más bajo de deforestación en nueve años, con una reducción del 30% en comparación con el año anterior. A pesar de un aumento en los incendios debido a una sequía histórica, los esfuerzos del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y de las comunidades locales lograron proteger vastas áreas de la selva. 

Éxito en proyectos de conservación 

Iniciativas como la Iniciativa de Conservación Altyn Dala en Kazajistán demostraron que los esfuerzos de conservación pueden revertir la pérdida de biodiversidad. Este programa ayudó a salvar de la extinción al antílope saiga, una especie emblemática de las praderas euroasiáticas. 

Regreso del salmón al río Klamath 

En un cambio histórico para la biodiversidad, el salmón regresó al río Klamath en Estados Unidos tras más de un siglo de ausencia. La eliminación de represas permitió restaurar el flujo natural del río, un logro atribuido al activismo de la tribu Yurok y organizaciones ambientalistas. 

Aunque el 2024 estuvo lleno de retos ambientales, los avances logrados muestran que el cambio es posible, a medida que nos acercamos al 2025, estos acontecimientos nos inspiran a redoblar esfuerzos para enfrentar la crisis climática y trabajar hacia un futuro más equilibrado entre la humanidad y la naturaleza. 

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