Marlone Serrano
Un estudio revela que las plantas reaccionan a la rapidez de los cambios climáticos, liberando más compuestos que afectan la calidad del aire durante sequías. Descubre cómo estos hallazgos pueden mejorar la predicción de contaminación y la gestión ambiental.

El estudio, dirigido por el Dr. Eran Tas, muestra que cuando la temperatura desciende de forma repentina o la humedad aumenta bruscamente, las plantas ajustan de inmediato la liberación de compuestos orgánicos volátiles biogénicos (VOCB), sustancias que, aunque naturales, pueden contribuir a la formación de ozono troposférico y partículas finas.
Hasta ahora, la comunidad científica asumía que los niveles de calor o sequedad eran los principales detonadores de estas emisiones. Pero la investigación demuestra que la tasa de cambio —no los valores absolutos— es el indicador más preciso para anticipar el comportamiento de la vegetación durante sequías.
“El bosque responde en tiempo real”, explicó Tas. “La sequía no solo seca el suelo: altera la química del aire”.
Este comportamiento fue observado en el bosque de Beit Keshet, al norte de Israel, donde se utilizaron instrumentos de espectrometría de última generación capaces de medir gases a muy alta frecuencia. Los datos luego se cruzaron con modelos meteorológicos para analizar las fluctuaciones abruptas del clima.
Impactos directos en la calidad del aire
Los VOCB no son contaminantes por sí mismos, pero pueden convertirse en factores clave cuando interactúan con otros elementos atmosféricos, especialmente en periodos de sequía.
Estas sustancias influyen en:
- La formación de ozono a nivel del suelo, dañino para la salud humana.
- La creación de partículas finas, que afectan al sistema respiratorio.
- Procesos de retroalimentación climática, que agravan el calentamiento y alteran los patrones meteorológicos.
Este estudio revela que episodios de contaminación durante la sequía podrían anticiparse con mayor precisión si se monitorea la velocidad de los cambios climáticos, no solo los niveles de temperatura o humedad.
Una nueva herramienta para enfrentar la crisis climática
La investigación promete mejorar considerablemente los modelos globales de predicción climática y de calidad del aire. Este avance es especialmente relevante para regiones secas de América Latina, donde las sequías se intensifican año con año y los ecosistemas están al límite.
Incorporar este nuevo parámetro permitirá:
- Prever episodios críticos de contaminación.
- Preparar alertas tempranas para comunidades vulnerables.
- Diseñar estrategias de gestión ambiental más precisas.
También servirá para comprender cómo la vegetación actúa como un actor dinámico —y no pasivo— en la química atmosférica.
El clima cambia rápido. Las plantas también.
Este descubrimiento llega en un momento crucial. Con sequías más extensas y variaciones climáticas cada vez más bruscas, entender cómo responden los ecosistemas es fundamental para proteger la salud pública y la biodiversidad.
Al reconocer que la vegetación reacciona a la velocidad del clima —y no solo al clima mismo— la ciencia da un paso esencial para anticipar los impactos de la crisis ambiental que enfrenta el planeta.

¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ














