En los últimos años, el avance de la tecnología ha revolucionado la creación de nuevos materiales. Ahora, un joven ucraniano ha ideado una tecnología que aborda la deforestación y las emisiones de carbono que convierte las hojas caídas de los árboles en papel sostenible.
Valentyn Frechka, un inventor ucraniano de 23 años, ha desarrollado un método para reciclar la hojarasca y convertirla en papel ecológico.
Un proyecto con el que es uno de los finalistas del Premio Jóvenes Inventores 2024 de la Oficina Europea de Patentes (OEP) y con el que este científico pretende ofrecer una solución más sostenible para la producción de papel; abordando los problemas de la deforestación y de las emisiones de carbono.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), la industria del papel tiene una gran influencia en los bosques globales, representando entre el 13 y 15% del consumo total de madera.
Frechka explica en un comunicado que comenzó a trabajar en este proyecto cuando apenas tenía 16 años e inspirado por el deseo de proteger la naturaleza. “En el colegio, aprendí sobre los biopolímeros como la celulosa y sobre cómo las empresas talan árboles para obtener la pulpa y convertirla en papel. Y pensé ¿por qué no utilizar otra cosa?”, indica el inventor.
Mientras hacía senderismo por los montes Cárpatos, a Frechka le surgió la idea de hacer frente a la deforestación reutilizando las hojas muertas o caídas de los árboles; convirtiéndolas así en un valioso recurso para la producción de papel y reduciendo al mismo tiempo las emisiones de carbono que se producen durante la descomposición.
Después, se convirtió en miembro de la Academia Juvenil de Ciencias de Ucrania y ahí empezó su andadura hacia su propio invento, con el que llegó a participar en las olimpiadas nacionales y, en 2020, fundó la compañía Releaf Paper para comercializar su proceso.
Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, Frechka se trasladó a Francia y, junto a su socio, siguió construyendo su empresa.
“Releaf Paper es un gran ejemplo de lo que ocurre cuando se juntan la experiencia, la inspiración, el conocimiento y el momento adecuado en el lugar adecuado. Utilizar hojas para la producción de papel era una opción que no existía antes, y fue nuestra clave para hacer algo grande, sabiendo que esta tecnología puede ayudar a las generaciones futuras, al tiempo que mantiene vivo el ecosistema tecnológico ucraniano“, explica el joven inventor.
Convierte hojas en papel
A través de Releaf Paper, Valentyn Frechka ha perfeccionado un proceso que utiliza la celulosa de las hojas caídas para producir papel. La hojarasca procede de parques, plazas, zonas verdes y otras áreas urbanas; y normalmente se suelen quemar o se compostan -algo que generaría gastos para la ciudad. Y en el caso de que no se lleguen a recoger o no se incineren, estas hojas emiten dióxido de carbono (CO2), lo que tiene consecuencias para el medioambiente.
Frechka ha creado un innovador proceso que hace frente a estas situaciones, reduciendo tanto los residuos como las emisiones. Su compañía obtiene las hojas de árboles procedente de los ayuntamientos y utiliza estos residuos para fabricar productos de papel biodegradables y reciclables. Para ello, Releaf Paper emplea una tecnología avanzada para procesas estas hojas caídas y convertirlas en papel sostenible sin sulfatos, sulfitos ni cloro.
Las hojas se someten a una limpieza exhaustiva y pasan por un tratamiento químico-mecánico que utiliza hidróxido de sodio, peróxido de hidrógeno y ácido acético, y que consiste en triturarlas y ablandarlas con alta presión y vapor.
Este proceso permite extraer la celulosa sin dañar la delicada estructura de la hoja, produciendo una pasta parecida a la de la madera que luego se combina con biocarburantes para crear unas bobinas de papel para diversos productos, como bolsas de papel y cartón.
Una tecnología que se trata de una forma rentable y cómoda de gestionar los residuos orgánicos en las zonas urbanas, de preservar los árboles y de evitar las emisiones de gases de efecto invernadero generadas durante la descomposición de las hojas.
Incluso ofrece alternativas ecológicas de envasado para reducir los residuos. Y es muy eficaz, ya que la empresa indica que su sistema puede producir una tonelada de celulosa a partir de 2,3 toneladas de hojas caídas, lo que de otro modo requeriría talar 17 árboles.
Cabe destacar que en general, todos los papeles se fabrican con fibra de celulosa de la madera, que se obtiene al cortar árboles, eliminar las ramas para dejar el tronco principal, la corteza y extraer las fibras vegetales.
Releaf Paper señala en su web que en la actualidad dispone de cinco patentes diferentes para su tecnología de procesamiento de desechos verdes, entre las que se incluyen la seguridad de patentes internacionales. Además de para fabricar papel sostenible, este sistema también se está utilizando para crear embalajes, cuadernos y hasta bolsas de comercio electrónico.
Planes de futuro
La compañía asegura que producen papel a partir de residuos vegetales con el menor impacto posible en el medioambiente y destacan cuatro beneficios clave de su tecnología. El primero de ellos es que es renovable, ya que el papel está hecho de fibras de hojas caídas; mientras que la segunda ventaja es que una tecnología amigable con los bosques, ya que, a diferencia de otras técnicas tradicionales, aquí no se utiliza pulpa de madera.
Por otro lado, Releaf Paper indica que su tecnología ahorra CO2, ya que durante la producción “solamente se emite 0,066 kilogramos de dióxido de carbono por kilogramo”; y es reciclable y utiliza menos agua que la producción de papel convencional.
En la actualidad, la producción de papel a partir de hojas de la compañía se subcontrata desde Ucrania, y la empresa vende su producto en muchos países europeos, contando con múltiples clientes de renombre entre marcas internacionales y bienes de consumo; como L’Oréal, Chanel y Samsung, por ejemplo.
Releaf Paper tiene oficinas en París (Francia) y en Kiev (Ucrania), y tiene planes para establecer la producción en toda Europa bajo la misión de transformar la industria del embalaje.
Además, la compañía del joven ucraniano también convierte algunos residuos en abono y los devuelve a las ciudades. Mientras que en el futuro Frechka aspira a trabajar con biorresiduos de frutas, como hojas tropicales de piña, plátano y yuca, así como con biorresiduos agrícolas.
FUENTE: NOTICIAS AMBIENTALES
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