Redacción: Daniela Martínez.
Un pez originario de arrecifes y grietas del Indio Pacífico, también conocido como pez escorpión no solo ha llegado a los océanos más cálidos, ha llegado a los hogares de muchas personas que pagan miles de pesos por este animal acuático.
Llega a medir hasta 4 metros y es muy llamativo por sus 18 aletas largas que tienen rayas blancas y rojas altamente venenosas. Su aspecto le sirve de camuflaje y cuenta con buenos reflejos lo que le permite alimentarse muy bien de otros peces y camarones. La caza de este pez pone en riesgo a las especies más vulnerables, no es un cazador que cambie de presa fácilmente, aun cuando la cantidad de peces disminuya, el pez león sigue detrás de sus víctimas pese a su escases, poniendo en riesgo la biodiversidad.
Una picadura de este animal en humanos, aunque no es mortal, produce un dolor intenso y genera desde náuseas hasta problemas respiratorios. La demanda de este pez ha sido para su consumo y especialmente para acuarios. Su población se ha extendido en gran medida por la costa del Atlántico de Brasil ya que producen miles de huevos cada dos o cuatro días, esto tiene un gran impacto para el país ya que podría alterar su actividad pesquera.
Documentos sobre el estudio de este pez en Brasil, revelan que 29 especies vulnerables se enfrentarían a este depredador. El humano ha intervenido con torneos de pesca que buscan reducir la cantidad de peces león y mantener un control. El aprovechamiento de este animal como un platillo peligroso, no deja de ser halagado por los comensales quienes refieren que sus aletas peligrosas son de lo mejor.