Redacción: Raquel García
Una plaga de picudos está matando el 60% de las palmeras canarias de CDMX. La crisis fuerza la sustitución de 1,500 ejemplares en colonias icónicas para evitar riesgos.
a Ciudad de México enfrenta una crisis silenciosa pero devastadora en su paisaje urbano debido al deterioro y muerte masiva de la población de palmeras canarias (Phoenix canariensis). Esta especie, introducida en la década de 1940 como parte de un diseño urbanístico inspirado en el estilo californiano, ha embellecido durante 80 años avenidas, glorietas y camellones en colonias emblemáticas como la Hipódromo Condesa. Sin embargo, su presencia icónica está llegando a su fin a causa de una plaga incontenible.
El problema de las palmeras canarias se ha exacerbado significativamente en los últimos años. Si bien la primera muerte de un ejemplar infectado por un hongo fue detectada por personal de la Secretaría del Medio Ambiente en 2011, la situación ha escalado a una crisis generalizada. Testimonios de vecinos de zonas afectadas expresan su pesar al ver morir estos árboles y señalan una de falta de atención oportuna por parte de las autoridades.
Ambientalistas consultados identifican a los responsables directos de esta mortalidad masiva: las plagas del picudo negro y el picudo rojo. Las larvas de estos gorgojos perforan el tronco de la palmera, dañando su punto de crecimiento y, consecuentemente, afectando su viabilidad. La situación actual sugiere que la mayoría de los ejemplares no han recibido el tratamiento adecuado. Algunos expertos sugieren que la vulnerabilidad de la especie también puede estar relacionada con las condiciones del cambio climático.
La magnitud de la crisis se refleja en los datos oficiales: de una población estimada de 15,000 palmeras canarias en la CDMX, se calcula que 9,000 ejemplares se encuentran ya en su última etapa de vida o completamente muertos, representando un riesgo estructural.
Ante esta problemática ambiental, la autoridad local ha puesto en marcha un plan de sustitución. Este proceso inició en septiembre y se extenderá hasta diciembre de este año, con el objetivo de retirar y reemplazar 1,500 ejemplares en las alcaldías Cuauhtémoc, Coyoacán y Miguel Hidalgo, las zonas más afectadas.
Este plan sigue el precedente marcado en abril de 2022, cuando la icónica palmera de la glorieta de Paseo de la Reforma fue retirada tras sucumbir a una infección. En ese caso, la decisión de sustituirla por un árbol de huehuete fue el resultado de una consulta ciudadana. Este hecho subraya la necesidad de que cualquier estrategia de sustitución futura debe contemplar una gestión informada y la investigación de las necesidades ecológicas específicas de cada zona para garantizar que la nueva flora no solo embellezca, sino que también prospere y contribuya a la resiliencia urbana.
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