Redacción: Raquel García
Videos exclusivos exponen patios clandestinos de huachicol fiscal. El contrabando evoluciona: el combustible legal se mezcla, se falsifica para evadir el IEPS y se distribuye irregularmente.
Videos exclusivos recientes han revelado el funcionamiento de los patios clandestinos en el tráfico de huachicol fiscal, evidenciando la evolución del contrabando de combustibles en México más allá del tradicional robo de ductos. Las imágenes difundidas muestran con detalle cómo estos espacios, ubicados en puntos estratégicos de la frontera norte y otros corredores industriales, actúan como centros operativos donde el combustible importado legalmente es almacenado, mezclado y redistribuido, pero posteriormente manipulado vía documentos falsos para evadir impuestos, especialmente el IEPS.
En entidades como Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Sonora, Baja California, Zacatecas y Aguascalientes, existen patios que operan fuera del registro oficial de las autoridades energéticas y ambientales. Las investigaciones, basadas en seguimiento satelital de pipas, revisión de miles de facturas y testimonios de empleados y transportistas, han permitido identificar rutas, empresas y mecanismos con los que el combustible entra al país de manera legítima, pero termina circulando en condiciones irregulares, favorecido por la complicidad de funcionarios de aduanas, fiscales y en ocasiones autoridades municipales y militares.
El modus operandi consiste en la importación de diésel y gasolina, su almacenamiento en patios clandestinos y la posterior comercialización a estaciones y brokers mediante una red que mezcla operaciones legales e ilegales. Empresas como Atom, Mefra Fletes, Windstar y Carvel, entre otras, han sido vinculadas a este esquema, mientras que empleados ofrecen combustible a precios mucho menores a los del mercado. El sistema permite una evasión fiscal estimada en miles de millones de pesos anuales y constituye una industria paralela de alta rentabilidad. La red sobrevivió a diversos relevos administrativos y controles federales, lo que indica una protección violenta y sofisticada infraestructura para evitar inspecciones y desarticulaciones.
Los patios clandestinos no solo representan pérdidas económicas sino también riesgos ambientales y de seguridad, debido al manejo deficiente de materiales peligrosos y la falta de seguimiento a normas oficiales (NOM), lo que ha generado preocupación entre organismos reguladores y sociedad civil. El uso de compañías fantasma, triangulación financiera y la dispersión territorial son elementos clave para su persistencia.
Esta práctica, considerada prototipo del crimen fiscal del siglo XXI, plantea graves retos para la gobernanza energética, la transparencia, la conservación ambiental y la seguridad nacional. Por ello, los reportajes y videos exclusivos se convierten en insumos fundamentales para visibilizar un fenómeno que, aunque clandestino, afecta la economía y la legalidad del sector energético en todo el país.
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