Violencia obliga al traslado de más de 700 animales silvestres en Sinaloa
Redacción: Inés Arroyo
La violencia en Culiacán ha forzado uno de los traslados de fauna silvestre más grandes registrados en México. Más de 700 animales del Santuario Ostok están siendo reubicados en una reserva natural de Mazatlán para proteger su integridad y la del equipo que los cuida.
Este santuario, ubicado en la comunidad de La Campana, al norte de Culiacán, albergaba especies rescatadas del maltrato, circos o tráfico ilegal. En sus instalaciones convivían elefantes, tigres, leones, jaguares, jirafas, hipopótamos, cocodrilos, ciervos, aves y reptiles. Ahora, todos ellos están siendo trasladados por razones de seguridad.
La decisión se tomó luego de que el lugar fuera blanco de extorsiones, robos y amenazas. El personal comenzó a trabajar bajo riesgo constante, y el suministro de alimentos y medicamentos se volvió complicado. “La situación ya era insostenible”, explicó Ernesto Zazueta, director del santuario y presidente de AZCARM (Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México).
El nuevo destino de los animales es el Bioparc El Encanto, una reserva privada de 50 hectáreas ubicada en Mazatlán. El lugar ofrece condiciones adecuadas para continuar con el cuidado de las especies, en un entorno más seguro.
El traslado comenzó el 20 de mayo. Participan especialistas, veterinarios y elementos de la Guardia Nacional. La ruta, de aproximadamente cinco horas por carretera, se realiza bajo estrictas medidas de protección. A pesar del calor, que supera los 40 grados, los animales viajan en unidades adaptadas para mantenerlos estables y sin estrés.
Este operativo, sin antecedentes en México, refleja cómo la violencia también afecta a los esfuerzos de conservación. “Nunca pensamos que tendríamos que evacuar a nuestros animales por motivos de seguridad. Es una tragedia”, dijo Zazueta.
El caso ha generado atención nacional e internacional. Diversas organizaciones piden que se refuercen las medidas de protección para los santuarios y centros de rescate en zonas de riesgo.
Mientras continúa el traslado, queda claro que la violencia no solo afecta a las personas, también pone en peligro a los animales que han sido rescatados y rehabilitados. El éxodo de Ostok es una muestra alarmante de ello.
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