Los bosques de la cuenca mediterránea, sur de Australia, noroeste del Amazonas y Estados Unidos son los más vulnerables a morir por falta de agua, según un reciente modelo de predicción publicado por un equipo internacional liderado por el CREAF y con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Este nuevo modelo de predicción aborda la sequía desde una perspectiva holística. No solo utiliza datos fisiológicos que muestran cómo los árboles resisten la falta de agua, sino que también incorpora datos climáticos, evolutivos y del suelo de cada bioma. Esta metodología integral evalúa el bosque como un ecosistema completo, con organismos que reaccionan de forma diversa a condiciones cambiantes.
Pablo Sánchez-Martínez, investigador del CREAF y autor principal del estudio publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, explicó la relevancia del nuevo método: “Aunque muchos árboles mediterráneos están adaptados a la sequía, nuestro modelo indica un alto riesgo de mortalidad en estos bosques. Esto se debe a la presencia de especies sensibles y a sequías cada vez más frecuentes y prolongadas”.
Uno de los desafíos actuales es el limitado conocimiento sobre ciertos parámetros fisiológicos de las especies vegetales. Por ejemplo, se tiene información sobre el ‘margen de seguridad hidráulica’ (capacidad de un árbol para movilizar y necesitar agua) solo del 1,5% de todas las especies vegetales del mundo. Este dato es crucial para identificar qué bosques son más propensos a los fallos hidráulicos y, por ende, a morir por sequía.
Pablo Sánchez subraya que, si bien este estudio representa un avance significativo en la comprensión del riesgo de mortalidad forestal por sequía a nivel mundial, aún queda mucho por investigar. El trabajo presentado sienta las bases para futuras investigaciones que refinen y complementen estos hallazgos iniciales.
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