El 31 de julio de 2024, entró en vigor el nuevo reglamento revisado sobre el mercurio en la Unión Europea (UE), marcando un hito importante en la lucha contra la contaminación por este metal tóxico. Este reglamento refuerza la prohibición del uso de mercurio en varios productos y procesos industriales, alineándose con el objetivo de la UE de alcanzar un medio ambiente libre de tóxicos y contribuir a la iniciativa de Contaminación Cero.
Principales cambios introducidos
El nuevo reglamento introduce varias medidas clave para reducir y, en última instancia, eliminar el uso de mercurio en la UE:
Uno de los cambios más significativos es la prohibición del uso y exportación de amalgamas dentales a partir del 1 de enero de 2025. Esta medida tiene como objetivo reducir la exposición al mercurio en el sector dental, donde tradicionalmente se ha utilizado en empastes. Sin embargo, los Estados miembros que necesiten más tiempo para adaptar sus sistemas sanitarios pueden obtener una excepción temporal hasta el 30 de junio de 2026.
El reglamento también establece la prohibición de fabricar, importar y exportar determinadas categorías de lámparas que contienen mercurio. A partir del 31 de diciembre de 2025 o del 31 de diciembre de 2026, dependiendo de la categoría de la lámpara, estas serán sustituidas por alternativas más seguras y eficientes como los LED.
Para abordar las emisiones de mercurio provenientes de los crematorios, la Comisión Europea publicará orientaciones específicas sobre tecnologías de reducción de emisiones antes del 31 de diciembre de 2025. Esta medida es crucial dado que los crematorios representan una fuente significativa de emisiones de mercurio al medio ambiente.
El mercurio es reconocido por su alta toxicidad y su capacidad para acumularse en los organismos vivos, causando graves efectos en la salud humana y en los ecosistemas. La exposición a altos niveles de mercurio puede afectar el sistema nervioso, los riñones y otros órganos, siendo especialmente peligrosa para las mujeres embarazadas y los niños pequeños. En el medio ambiente, el mercurio puede contaminar el agua y el suelo, afectando a la fauna y flora locales.
La implementación del reglamento revisado representa un avance significativo en la protección de la salud pública y el medio ambiente en la UE. Al eliminar los últimos usos intencionados del mercurio, se espera una reducción notable en la contaminación por este metal, contribuyendo a un entorno más seguro y saludable para todos.
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