Hace algunos años fui a pagar mi recibo de servicio de agua a una oficina del Sistema de Aguas de la Ciudad de México. Ahí me obsequiaron una serie de folletos con alternativas para ahorrar el agua y me regalaron, además, un reloj de arena con cinco minutos, muy simpático, que sirve para colocarlo en tu regadera, bañarte en ese tiempo y no consumir tanto el líquido. Todavía lo tengo.
La falta de agua se ha agudizado en los últimos años y se ha convertido incluso en una disputa en la cual intervienen hasta políticos y funcionarios del gobierno, que no tienen idea, pero les conviene sacar el tema ante el cúmulo de gente que está angustiada porque no tiene agua en su estado, en su municipio, en su colonia, en su barrio.
Las entidades que más padecen por la falta de agua son: Sonora, Sinaloa, Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, San Luis Potosí, Tamaulipas, Aguascalientes, Guanajuato, Oaxaca y muchas zonas del Estado de México y de la Ciudad de México. Los gobernadores de cada una de esos estados han convertido el tema en un asunto de ideologías y de disputas en declaraciones.
Es cierto que el agua cubre el 70 por ciento de la superficie de la Tierra, pero el 97.5 por ciento es salada y un pequeño 2.5 por ciento es dulce. Y con ese irrisorio porcentaje tenemos que vivir quienes habitamos el planeta. Debemos recordar que el vital líquido es un recurso no renovable.
En México, el 60 por ciento de los cuerpos de agua presenta algún grado de contaminación, 157 acuíferos está sobreexplotados y a eso le sumamos a que el 50 por ciento del territorio ha perdido su vegetación original. El cambio climático ha empeorado la crisis del agua que estamos padeciendo en nuestro país y en el mundo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador realmente no se ha ocupado mucho de la problemática del agua. Él ha dicho que se está haciendo todo lo posible para revertir la falta de agua en el Valle de México y otros estados del país; habla de perforar pozos nuevos, modernizar la infraestructura de distribución de agua para reducir las fugas y mejorar el abastecimiento en áreas urbanas. La realidad es que en 2024 se redujeron los recursos oficiales en este sentido; pasaron de 71 mil millones de pesos en 2023 a 62 mil 600 en 2024.
La candidata de Morena, PT y Verde Ecologista, Claudia Sheinbaum Pardo, dijo que de ganar las elecciones, propondrá tres vías alternativas: el uso eficiente del agua para riego y otros usos, una mejor administración de las concesiones y los derechos de agua y nuevas fuentes de abastecimiento.
Por su parte, Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata del PRI, PAN y PRD, pide declarar emergencia nacional por seguía en el país lo que permitiría a gobiernos estatales tener recursos extraordinarios para enfrentar la escasez, pero no ha presentado un plan concreto hasta ahora.
En cuestión de agua el destino ya nos alcanzó. Va ser muy complicado resolver la problemática en los siete meses que le quedan a López Obrador y a su gobierno. La tendrá que solucionar la ganadora de los comicios del próximo 2 de junio. Mientras tanto, nosotros cooperemos ahorrando agua.
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