Redacción: Inés Arroyo
El cambio climático no solo afecta al medio ambiente; también está impactando en la salud mental de las personas. A medida que aumentan los desastres naturales y las olas de calor, también crece la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático entre quienes viven en zonas afectadas por desastres naturales.
Este fenómeno, conocido como “estrés climático,” describe la ansiedad generada por la incertidumbre sobre el futuro del planeta. Quienes lo experimentan pueden sentirse angustiados o impotentes, como si sus esfuerzos fueran insuficientes para detener el cambio climático. Este tipo de estrés afecta especialmente a niños, adolescentes, personas mayores y comunidades en situación de vulnerabilidad, quienes se sienten menos capaces de enfrentar el impacto del clima en sus vidas diarias.
Para reducir estos efectos, los expertos recomiendan fomentar la resiliencia en las comunidades. Las personas que enfrentan juntas los problemas climáticos tienden a ser emocionalmente más fuertes y encuentran consuelo en compartir sus experiencias. Además, actividades al aire libre, como caminatas o proyectos de jardinería, ayudan a reducir la ansiedad y a reconectar con la naturaleza.
Contar con apoyo profesional es también crucial. La terapia puede ofrecer herramientas para gestionar el estrés y la ansiedad. La educación sobre el cambio climático juega un rol importante: conocer sus efectos permite que las personas se sientan preparadas y motivadas para tomar decisiones informadas y sumarse a iniciativas comunitarias.
El cambio climático plantea desafíos emocionales y de salud mental que requieren atención urgente. Al fomentar la resiliencia, buscar apoyo y conectar con la naturaleza, podemos hacer frente a esta realidad, cuidando tanto de nuestra salud como del planeta.
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ
Agregar comentario