Redacción: Guicel Garrido
Flemming Hansen y Mette Helbæk, reconocidos chefs daneses, establecieron el resort forestal “Stedsans” en Suecia, motivados por un “llamado de la naturaleza”. El resort, con 16 cabañas de madera, fue aclamado por críticos e influencers, pero la pareja desapareció repentinamente, dejando animales abandonados y 158 barriles de desechos humanos, lo que llevó al descubrimiento de un escándalo ambiental y financiero.
Las investigaciones revelaron que Hansen y Helbæk huyeron de Dinamarca en 2016 debido a deudas fiscales millonarias. En Suecia, acumularon deudas similares mientras dirigían Stedsans, y las autoridades locales calificaron sus acciones como un “delito ambiental” debido al vertido de aguas residuales en el bosque y al abandono de animales. La pareja se defendió en redes sociales, culpando a los altos impuestos y la burocracia, y se declaró en bancarrota.
A pesar de sus problemas legales en Europa, Hansen y Helbæk iniciaron un nuevo negocio hotelero en Guatemala, financiado con préstamos de amigos y familiares. Los inversores de Stedsans los acusaron de fraude fiscal y delitos financieros, calificando su comportamiento como una “gran estafa”.
Este caso destaca la importancia de la responsabilidad ambiental y financiera en la industria hotelera, y plantea interrogantes sobre cómo los empresarios pueden evadir las consecuencias de sus acciones y comenzar nuevos negocios en otros países a pesar de tener un historial de deudas y daños ambientales. También subraya la necesidad de una mayor supervisión y aplicación de las leyes para prevenir este tipo de ecoestafas en el futuro.
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