Redacción: Amairany Ramírez
Este jueves, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló que, a falta de casi dos meses para que termine el año, el 2024 se perfila como el año más cálido registrado en la historia, una situación que afecta a comunidades vulnerables en distintas regiones del mundo. UNICEF, por su parte, destacó un ejemplo claro del impacto que el cambio climático está teniendo en la infancia: las intensas sequías en tres países de la región amazónica están dejando a más de 420,000 niños sin acceso adecuado a comida, agua potable y educación.
La sequía prolongada en zonas de Brasil, Colombia y Perú ha hecho que los ríos de la cuenca del Amazonas alcancen niveles críticamente bajos, afectando gravemente a las comunidades ribereñas e indígenas que dependen de estos recursos para su subsistencia. En estas áreas, la falta de alimentos y agua potable pone en riesgo la vida de miles de niños, particularmente de aquellos menores de 5 años, quienes enfrentan graves riesgos de malnutrición, deshidratación y enfermedades infecciosas. Además, la sequía ha afectado servicios esenciales como la sanidad y la educación, lo que agrava las condiciones de vulnerabilidad en esta región.
Escuelas y centros de salud cerrados: un impacto devastador en la vida infantil
El informe de UNICEF muestra que solo en la Amazonía brasileña, más de 1,700 escuelas y 760 centros de salud han cerrado o se han vuelto inaccesibles debido al bajo nivel del agua, afectando el acceso de miles de niños a la educación y a la atención médica. La situación se replica en la Amazonía colombiana, donde el descenso del nivel de los ríos en hasta un 80% ha suspendido las clases presenciales en más de 130 escuelas. Esta falta de acceso a la educación aumenta el riesgo de que los niños sean reclutados o explotados por grupos armados, a la vez que los expone a enfermedades respiratorias, diarreas, malaria y desnutrición aguda.
Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, advirtió sobre la destrucción del ecosistema amazónico, un lugar de gran riqueza natural que históricamente ha sostenido la vida de millones de personas. “Estamos siendo testigos de la devastación de un ecosistema esencial del que dependen las familias, dejando a muchos niños sin acceso a alimentos adecuados, agua, atención sanitaria y escuelas», afirmó Russell. A su vez, enfatizó que la protección de la Amazonía es crucial no solo para las comunidades locales, sino para el equilibrio climático global.
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, también se pronunció al respecto, advirtiendo que el calentamiento global continúa acelerándose y que 2024 probablemente marcará un nuevo récord. “La humanidad está incendiando el planeta y pagando el precio”, señaló Guterres, quien informó sobre la situación en vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP29, en Bakú, Azerbaiyán.
Las organizaciones internacionales hacen un llamado urgente a la acción para mitigar los efectos de esta crisis climática que está poniendo en riesgo la vida de millones de personas, y en especial, la de los niños que dependen de la estabilidad del ecosistema amazónico para su supervivencia.
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