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El costo invisible de la contaminación: estos países donde la calidad del aire está reduciendo la esperanza de vida 

En 2024, la calidad del aire ha alcanzado niveles alarmantes en varias partes del mundo, afectando gravemente la salud de miles de millones de personas. Un informe reciente de IQAir revela cuáles son los países más afectados por la contaminación atmosférica y las ciudades que enfrentan los mayores desafíos en esta crisis global. 

India encabeza la lista de los países más contaminados del mundo, con 83 de las 100 ciudades más contaminadas dentro de sus fronteras. La ciudad de Begusarai, en el estado de Bihar, es la más afectada con un promedio anual de 118.9 microgramos de PM2.5 por metro cúbico, superando 23 veces el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Delhi, la capital del país, junto con otras ciudades como Guwahati y Mullanpur, también figuran entre las más contaminadas, reflejando una crisis que parece no tener fin. 

El impacto en la salud de la población es devastador. Frank Hammes, CEO de IQAir, advierte que la contaminación está reduciendo la esperanza de vida en los países más afectados entre tres y seis años, lo cual es completamente prevenible si se mejorara la calidad del aire. 

Pakistán y Bangladesh son otros países que figuran en los primeros puestos del ranking de contaminación. Lahore, la segunda ciudad más grande de Pakistán, ocupa el quinto lugar entre las ciudades más contaminadas del mundo. La densa niebla de partículas finas, producto de la quema de cultivos y las emisiones industriales, sigue siendo una amenaza persistente para los habitantes. 

En Bangladesh, la capital, Dhaka, también enfrenta graves problemas de calidad del aire, situándose en el puesto 24 de las ciudades más contaminadas. Estos países del sur de Asia están atrapados en un ciclo de contaminación que parece empeorar cada año. 

Tayikistán, en Asia Central, también se enfrenta a altos niveles de contaminación debido a las prácticas agrícolas y la quema de combustibles fósiles. Burkina Faso, en África, se destaca como el quinto país más contaminado del mundo, a pesar de la limitada cantidad de estaciones de monitoreo en el continente. Ruanda también aparece en el top 15, reflejando una realidad que afecta a millones de personas, aunque en gran medida, invisible por la falta de datos suficientes. 

China, que había mostrado avances en la reducción de la contaminación, está experimentando un rebote en los niveles de PM2.5. Beijing, por ejemplo, ha visto un aumento del 14% en la concentración anual de este contaminante, un indicio preocupante de que los esfuerzos por controlar la contaminación podrían estar perdiendo fuerza. 

En el Sudeste Asiático, Indonesia, Vietnam y Tailandia también enfrentan serios problemas de contaminación, con ciudades como Bangkok y Chiang Mai registrando niveles de PM2.5 que exceden las directrices de la OMS por más de diez veces. Las autoridades han implementado medidas de emergencia para proteger a la población, como el teletrabajo obligatorio para empleados gubernamentales en Tailandia. 

Canadá y Estados Unidos: Los Incendios Forestales Aumentan la Contaminación 

En América del Norte, Canadá ha superado a Estados Unidos en niveles de contaminación debido a los incendios forestales que han asolado el país durante meses. Ciudades como Minneapolis y Detroit en Estados Unidos también han experimentado incrementos significativos en los niveles de PM2.5, aunque algunas urbes como Portland y Los Ángeles han mostrado una disminución notable en la contaminación. 

El informe de IQAir también destaca una creciente desigualdad en la disponibilidad de datos sobre la calidad del aire en diferentes regiones del mundo. África, América del Sur y el Medio Oriente continúan siendo las áreas con menos estaciones de monitoreo, lo que impide una evaluación completa del problema en estas zonas. Esta falta de datos no solo limita la capacidad de respuesta de los gobiernos, sino que también oculta la verdadera magnitud de la contaminación en estos continentes. 

A pesar del sombrío panorama, la presión de las comunidades y las organizaciones no gubernamentales para mejorar la calidad del aire sigue creciendo. La lucha por el aire limpio continúa siendo un desafío monumental que solo podrá enfrentarse con voluntad política y acción colectiva a nivel global.