Frida Mendez
El deshielo de los glaciares en la Cordillera Blanca: Amenaza al agua y la vida en comunidades peruanas
El cambio climático está modificando radicalmente el ambiente en la Cordillera Blanca, Perú, influyendo en las comunidades nativas que se apoyan de los recursos naturales de la zona. Dionisia Moreno, una agricultora de 70 años, rememora cómo el río Shallap, que en un pasado era cristalino y brillante, ha sufrido una transformación a causa del deshielo de los glaciares. Este proceso de deshielo ha revelado rocas que, al interactuar con el agua, expulsan metales venenosos como el plomo, zinc y manganeso, un procedimiento llamado drenaje ácido de rocas. Este fenómeno está convirtiendo el agua en ácida, con un pH por debajo de 4, lo que la vuelve inapropiada tanto para el consumo humano como para la agricultura.
Desde 1968, los glaciares de la región han disminuido en más de un 40%, lo que ha alterado el ciclo del agua y ha incrementado el riesgo de contaminación de las fuentes hídricas. En vez de la abundancia de agua dulce que los glaciares antes ofrecían, las comunidades se encuentran con serias dificultades con el agua contaminada. Pese a que las autoridades han determinado que los ríos y arroyos contaminados no son apropiados para el consumo, las comunidades persisten en su uso debido a la ausencia de fuentes de agua más puras.
Aunque algunos agricultores intentan mejorar la calidad del agua a través de sistemas de estanques y canales, la escasez de respaldo institucional hace que dichos esfuerzos se tornen insuficientes. Los estudios científicos señalan que las comunidades más vulnerables se ubican en las áreas elevadas, donde los glaciares están en deterioro constante. El deshielo de los glaciares y la contaminación de las fuentes de agua están llevando a un futuro cada vez más incierto para estas comunidades.
Este fenómeno no solo amenaza la salud humana, sino también la biodiversidad de la región y la infraestructura. Conforme los glaciares siguen disminuyendo, la región se encuentra ante una crisis de agua y un crecimiento en la contaminación, hecho que pone en riesgo tanto a la vida humana como al ecosistema de la Cordillera Blanca.
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