Redacción: Inés Arroyo
Un nuevo camino abierto en la selva de Quintana Roo, que conecta el Tramo 5 del Tren Maya con las carreteras de Cancún-Chetumal y Tulum-Cobá, ha causado preocupación entre ecologistas y expertos. La denuncia, presentada por el colectivo Sélvame del Tren ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), señala que este proyecto carece de los permisos ambientales necesarios y está generando daños irreparables al ecosistema local.
El colectivo acusa que, para abrir el camino, se taló vegetación y árboles en perfecto estado de conservación, incluidos ejemplares de especies protegidas. Además, la apertura de la vía afecta gravemente a Sac Actún, uno de los sistemas de ríos subterráneos más importantes de la Península de Yucatán, un área de valor paleontológico, arqueológico y biológico. La tala de árboles y el cambio de uso de suelo en terrenos forestales, sin la autorización correspondiente, contravienen la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA).
Las autoridades involucradas en el proyecto son la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), a quienes se les acusa de no respetar las normativas ambientales. Los denunciantes señalan que el gobierno federal ha procedido con la construcción sin la debida evaluación ambiental, lo que agrava los impactos sobre el acuífero de Sac Actún.
Expertos como José Urbina, Roberto Rojo y Guillermo D’Christy advierten que la apertura de la vialidad afectará el equilibrio hídrico de la región. El hidrólogo D’Christy alertó sobre el riesgo de estrés hídrico en la zona debido a la extracción de agua salada en algunos puntos y el posible aumento de proyectos inmobiliarios.
El colectivo Sélvame del Tren ha solicitado a la Profepa enviar inspectores al lugar para verificar el daño y la falta de permisos. De no haberse tramitado correctamente la autorización, los denunciantes exigen que el caso sea llevado al Ministerio Público para que se tomen las medidas correspondientes.
El conflicto se suma a las crecientes críticas al Tren Maya por su impacto ambiental y los riesgos que representa para los ecosistemas de la región. Las autoridades federales aún no se han pronunciado sobre las acusaciones.
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