Redacción: Enrique Hernández
En un giro drástico del clima, España ha pasado de una intensa sequía a lluvias históricas durante marzo de 2025, lo que ha generado inundaciones en distintas regiones del país. Ciudades como Valencia, Sevilla y Murcia han visto colapsar sistemas de drenaje, mientras que zonas rurales enfrentan la pérdida de cultivos y evacuaciones forzadas.
Según el gobierno, las lluvias de este mes duplicaron los niveles habituales, provocando que embalses como el de Sau, en Cataluña, pasaran del 5% al 66% de su capacidad en pocas semanas. Aunque la recuperación hídrica es positiva, la forma en que ocurrió ha dejado daños materiales, cortes de energía, escuelas cerradas y cientos de personas afectadas.
Especialistas en cambio climático explican que este tipo de extremos —pasar de sequía a lluvias torrenciales— es parte de una nueva normalidad climática. La falta de planificación urbana y de infraestructura resiliente ha amplificado los impactos. En Andalucía, más de 200 familias fueron evacuadas por desbordamientos y en Galicia se activaron protocolos de emergencia.
Las autoridades españolas han reiterado la necesidad de acelerar las inversiones en infraestructura verde, drenaje urbano sostenible y reforestación de cuencas. También se evalúa reformar los esquemas de seguros frente a fenómenos meteorológicos extremos, que cada año afectan más intensamente al sur de Europa.
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