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Especies de sotobosque europeo cambian por actividades humanas 

Un estudio publicado en la revista New Phytologist revela que las actividades humanas han tenido un papel importante en el cambio de las especies de sotobosque europeo en las últimas cuatro décadas. 

El estudio, liderado por el investigador del CREAF y profesor asociado a la Universitat Autònoma de Barcelona Josep Padullés, encontró que la diversidad de plantas en los bosques europeos se ha mantenido estable, pero que se han observado más extinciones en grupos específicos como las ericáceas (los brezos), las fabáceas (las leguminosas) y las orquidáceas (las orquídeas). 

“Plantas con un elevado interés de conservación como las orquídeas están disminuyendo debido a cambios ambientales derivados de la actividad humana. Estos cambios amenazan a familias enteras de plantas que tienen estrategias particulares de sobrevivir y prosperar en su entorno. En este estudio podemos ver esta relación y aportar una información más valiosa que la que nos da el estudio es especies individuales. Cada familia de especies tiene su función en el ecosistema, por lo que cualquier alteración puede tener repercusiones significativas en el entorno”, confirma Padullés, primer autor del estudio e investigador del CREAF. 

Al analizar las relaciones evolutivas de estas especies, los investigadores encontraron que las especies en retroceso son especies estrechamente emparentadas en el árbol evolutivo, mientras que las nuevas incorporaciones muestran un origen más diverso. 

Esto sugiere que las actividades humanas están favoreciendo a especies que son más tolerantes a los cambios ambientales, como el aumento de la temperatura o el exceso de nitrógeno. 

“Cada familia de especies tiene su función en el ecosistema, por lo que cualquier alteración puede tener repercusiones significativas en el entorno”, explicó el también profesor asociado a la Universidad Autónoma de Barcelona. 

Por otro lado, las plantas más altas y que necesitan más nitrógeno, como ciertos tipos rosáceas o amarantas, se han vuelto más comunes en los bosques templados. 

Este cambio podría tener repercusiones significativas en el funcionamiento del bosque, ya que estas plantas podrían competir por los recursos con otras especies. 

El estudio alerta de la importancia de reducir el impacto de las actividades humanas en los bosques, ya que estos cambios podrían tener un impacto negativo en la biodiversidad y el funcionamiento de estos ecosistemas. 

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