Redacción: Enrique Hernández
La tormenta Hans, nombrada el 15 de abril por el Servicio Meteorológico Italiano, impactó con fuerza el norte de Italia, donde se registraron más de 200 mm de lluvia en 24 horas, desbordando ríos y causando inundaciones en la cuenca del Po, en los Alpes franceses y suizos, las fuertes nevadas obligaron al cierre de varias estaciones de esquí y al desvío de carreteras de montaña, dejando a cientos de turistas aislados.
Mientras el oeste de Europa vive un alivio hídrico tras la borrasca, el este y gran parte del Reino Unido arrastran una sequía persistente. En Inglaterra oriental y Escocia, los niveles de agua en ríos y acuíferos se mantienen por debajo del promedio, con suelos que no muestran signos de recuperación tras semanas de ausencia de lluvia
El contraste climático se traduce en un reto mayúsculo para las infraestructuras: respuestas urgentes para la gestión de inundaciones y estrategias de ahorro de agua serán necesarias conforme el cambio climático intensifica tanto las olas de calor como los eventos extremos de precipitación.
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