La UNAM informó que al fin se dieron buenas noticias, el daño a la capa de ozono, se revierte de 1 a 3 por ciento por década, desde el año 2000.
Estos productos antes de los años 80, compartían una característica, contenían gases CFCs o clorofluorocarbonados los cuales dañaban la capa de ozono que filtra los rayos UV del sol.
Un grupo de científicos, entre ellos Mario Molina, advirtieron que seguir con su uso tendría efectos desastrosos para la humanidad.
Así las Naciones Unidas se comprometieron a reducir las emisiones de los CFC que fueron sustituidos por hidroflourocarbonos los HFC los cuales no dañan la capa de ozono, pero son compuestos que ahora calientan la atmósfera.
En 1987 se firmó el protocolo de Nontreal, el cual contaba con metas específicas, apoyo económico y agenda de resultados.
Además se logró el involucramiento del sector privado el sector científico y sobre todo una concientización de las ciudadanos a nivel mundial, que empezaron a dejar de usar estos productos o a exigir que cuando los compraran tuvieran los sellitos.
Señalaron que falta por hacer, porque se combate un gas que afectaba la atmósfera, ahora hay muchos gases más, que afectan el clima.
Porque los combustibles fósiles que se queman en autos se producen por fábricas que ganan un chorro de dinero vendiendo autos, entonces tenemos el interés de la sociedad y salud y el interés de hacer dinero.
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