Por Ricardo Burgos Orozco
Le tengo un cariño muy especial al estado de Chihuahua porque de ahí es mi familia materna, de Hidalgo del Parral, aunque con el paso del tiempo se ha extendido por diferentes lugares de la entidad. Por eso duele que la entidad tenga malos gobernantes como César Duarte Jáquez y Javier Corral Jurado.
Decía una de mis tías, después de varios sexenios decepcionantes de mandatarios priistas, que Chihuahua es panista, aunque Acción Nacional ha dejado mucho que desear en los años recientes; habrá que esperar cómo resulta María Eugenia Campos Galván, quien tomó posesión en septiembre de 2021, la primera mujer gobernadora del estado.
César Duarte, el más reciente priista que gobernó Chihuahua, fue acusado por las autoridades estatales en la administración del panista Javier Corral, por asociación delictuosa y peculado por casi 97 millones de pesos. Supuestamente, ese dinero fue para apoyar las campañas del PRI, según el acusado.
Curiosamente, ahora Corral es impugnado por los mismos delitos y casi por una cifra similar por la que acusaron a Duarte. La diferencia por la cual no han aprehendido a este exfuncionario chihuahuense es que fue muy inteligente, astuto y sagaz y de alguna manera se fue acercando a morenistas distinguidos que lo allegaron a la actual presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.
Corral Jurado renunció al Partido Acción Nacional en noviembre de 2023; un mes después fue presentado como parte del equipo de colaboradores que elaborará la plataforma de gobierno de Claudia Sheinbaum. Incluso se habla de que puede ser titular de un nuevo organismo anticorrupción en el próximo sexenio. Por lo pronto, tomará posesión como senador de la república el próximo 1 de septiembre, ya con la camiseta morenista.
Bajo el manto protector del Movimiento de Regeneración Nacional, Corral Jurado iba a ser detenido hace unos días en un restaurante de la colonia Roma por la Fiscalía General de Justicia de Chihuahua — llevaban una orden de aprehensión –, pero su contraparte de la Ciudad de México, impidió la detención alegando que la orden no estaba debidamente cumplimentada. Ahora, el exgobernador ya camina con un amparo, por si acaso, mientras logra el fuero legislativo el primer día del mes próximo. En tanto, la Fiscalía capitalina denunció ante la Fiscalía General de la República a su similar de Chihuahua por el supuesto delito de un operativo irregular contra Corral. Para Ripley.
Al día siguiente de la frustrada detención, el presidente López Obrador defendió al expanista con la afirmación que era una venganza política de la actual gobernadora; Claudia Sheinbaum respaldó también a su colaborador y rechazó desincorporarlo de su equipo cercano.
En una entrevista a modo que le hicieron hace unos días Álvaro Delgado y Alejandro Páez en un programa del portal digital Sin Embargo, Javier Corral, con su experiencia política y verborrea, acusó de un complot en su contra a la gobernadora de Chihuahua, a Manlio Fabio Beltrones, al periodista Ciro Gómez Leyva, hasta a Latinus y a varios medios más, de la Ciudad de México y del estado. Sólo le faltó impugnar a Genaro García Luna, preso en Estados Unidos, acusado de narcotráfico.
Mientras continúe con el manto protector morenista, tengan la seguridad que Javier Corral Jurado no va a ser presentado ante las autoridades competentes para que responda a las acusaciones en su contra. Dicen que quien nada debe nada teme, pero el exgobernador decidió rehuir a enfrentar la ley. Por algo será. Mientras tanto, para el gobierno de Chihuahua el exmandatario estatal es un “prófugo de la justicia”. Horrible membrete.
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