Redacción: Inés Arroyo
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de las Naciones Unidas comenzó un juicio sin precedentes para definir las responsabilidades de los países frente al cambio climático. El juicio se lleva a cabo en La Haya, Países Bajos, del 2 al 13 de diciembre, y busca establecer las obligaciones legales de los países sobre sus emisiones de gases contaminantes.
El juicio es impulsado por los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PSIDs), que son los más afectados por los fenómenos climáticos extremos, como huracanes e inundaciones. Más de 100 países y organizaciones internacionales están participando en el proceso, con el objetivo de que la CIJ emita una opinión consultiva en 2025. Esta opinión podría aclarar cómo deben actuar los países para reducir sus emisiones de dióxido de carbono, principal causante del calentamiento global.
Este juicio cobra especial relevancia después de la reciente conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Bakú, Azerbaiyán, donde se acordó un fondo de 300 mil millones de dólares anuales para financiar la lucha contra el calentamiento global en los países más pobres. Sin embargo, esta cifra fue considerada insuficiente por muchos expertos.
Aunque la resolución de la CIJ no será vinculante, se espera que tenga un gran impacto, ya que podría sentar un precedente importante para futuras acciones legales sobre temas medioambientales. El juicio también llega en un momento crítico, cuando gobiernos con posturas negacionistas sobre el cambio climático están ganando poder, lo que complica los esfuerzos globales para frenar el calentamiento global.
El juicio busca establecer responsabilidades claras para los países que no cumplan con sus compromisos ambientales. En este contexto, la resolución de la CIJ podría ser clave para que los gobiernos adopten medidas efectivas para reducir las emisiones y frenar la crisis climática, que ya está afectando a millones de personas en todo el mundo.
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