Cuando el entonces aspirante presidencial demócrata, Joseph Biden, la eligió su compañera para la vicepresidencia para el periodo 2021 – 2025, pensé que ella iba a ser la sucesora natural para las elecciones de noviembre de este año. Sin embargo, Kamala Devi Harris estuvo gris, casi en el anonimato, hasta el mes de julio pasado cuando el primer mandatario norteamericano decidió retirarse de la contienda ante sus notorios problemas de salud y dejarle la nominación a su compañera en la Casa Blanca.
Kamala irrumpió de inmediato con un aire fresco a la campaña demócrata y empezó a hacerse notar. De inmediato le empezaron a llegar aportaciones por millones de dólares y siguen, no han parado. Dicen que ya tiene más de 540 millones de dólares en donativos de simpatizantes.
La ahora candidata fue la primera mujer afroamericana y de ascendencia india que llega a la vicepresidencia del país más poderoso del mundo y la funcionaria elegida de más alto rango en la historia de Estados Unidos, pero hasta julio pasado no se había mostrado con esa notoriedad y ese brillo que ha hecho desconcertar al propio Donald Trump, quien, dicen, había estructurado su estrategia de campaña basada en Joseph Biden.
Con carisma, simpatía y certidumbre, Kamala Harris ha igualado en algunas encuestas y en otras supera a Trump por porcentajes mínimos. Para las elecciones del 5 de noviembre ya no se ven tan disparejos los momios y el magnate neoyorquino no se siente tan ganador como ante Biden.
La candidata demócrata ha defendido posturas más progresistas en materia de salud, propone bajar precios de medicamentos, establecer menos impuestos para la clase media, el derecho al aborto y lograr un programa de vivienda más asequible para los norteamericanos. En materia de migración, por supuesto, promete mano dura, más dura que Biden.
Contra el aspirante republicano, Kamala Harris ha dicho que las consecuencias de devolver a Trump a la Casa Blanca son extremadamente graves. Recalcó que no sólo volverían el caos y la calamidad, sino el recuerdo de lo que sucedió en las pasadas elecciones. Afirmó además que Trump usará la presidencia para servir al único cliente que jamás tuvo: él mismo.
Donald Trump, por su parte, sigue soberbio, aunque es notorio su desconcierto. De Kamala Harris ha dicho que es comunista, la llama “Camarada Harris”, ha compartido imágenes falsas de ella hablando en un evento comunista y la compara con el dictador Nicolás Maduro. Se burla, además, diciendo que él es más guapo que ella.
El millonario neoyorquino ya estuvo en la presidencia en el mandato anterior a Biden y perdió sorpresivamente con él; después aseguró que hubo fraude, no aceptó el resultado de las elecciones y provocó que un grupo de sus simpatizantes tomaran el Capitolio, irrumpieron en la sede del Congreso violando la seguridad y ocupando partes del edificio durante varias horas. Fue un hecho violento que provocó muertos y heridos.
El próximo martes 10 de septiembre, Kamala Harris y Donald Trump van a tener un debate trascendental que puede definir el resultado de las elecciones norteamericanas; el magnate republicano ha perdido la confianza y ya no se ve tan seguro como hasta hace unos meses.
Como va, Kamala Harris puede ser la primera mujer presidenta de Estados Unidos. Lo sabremos muy pronto: el próximo martes 5 de noviembre.
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