Redacción Majo Gutiérrez
Los cenotes de México son un sistema de cuevas y canales que alberga una gran cantidad de flora y fauna, algunas únicas en el mundo. Los más de 7.000 sumideros de piedra caliza se han estado formando en la península de Yucatán durante millones de años, desde el impacto del asteroide Chicxulub que acabó con casi toda la vida de los dinosaurios.
Los cenotes han sido muy apreciados a lo largo de la historia, ya que durante más de 2.500 años, los mayas utilizaron algunos como pozos de agua y otros como lugares sagrados. Hoy en día, son la única fuente natural de agua dulce en la región de Yucatán, y su configuración los convierte en lugares ideales para nadar y un escape agradable del intenso calor de la región.
Sin embargo, los cenotes están amenazados por la mala gestión de la tierra, el desarrollo excesivo y el mal manejo de las aguas residuales y los desechos, ya que están interconectados, y podría ser solo cuestión de tiempo antes de que todos sean destruidos o contaminados.
Estos fenómenos de la naturaleza son un legado ancestral maya, pues según la creencia de esta cultura, primero había que pedir permiso y realizar rituales para entrar con seguridad, hacer ofrendas, y que hace muchos años estas tomaban la forma de oro, jade, cobre e incluso seres humanos vivos. Estas ofrendas se hacían para apaciguar a dioses como Chaac, el dios de la lluvia que los mayas creen que habita dentro de los cenotes.
Por otro lado, la mayoría de los viajeros que visitan los cenotes pasan el día explorando las cuevas y nadando, quienes practican buceo a pulmón retienen la respiración y descienden hasta una profundidad determinada sin utilizar una fuente de aire, pero esto requiere una gran concentración, así como conciencia de uno mismo y del entorno.
Otra de las cosas que estos cenotes brindan a la naturaleza es que muchas especies dependen de ellos, como un lugar para relajarse y reponer fuerzas, por ejemplo, los manatíes llegan a los cenotes a través de cuevas que están conectadas con el mar Caribe. Esto también hace que las especies en peligro de extinción puedan descansar, alimentarse de algas e incluso cuidar a sus crías en un entorno seguro y tranquilo.
Y todo esto, es lo que nos brinda la naturaleza, sin duda es importante cuidar de los espacios, y respetar a los animales que se lleguen a encontrar durante alguna visita, aunque a veces si ellos se acercan a los humanos simplemente no hay que provocarlos, y simplemente admirar lo que la gran naturaleza nos da.
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