Redactor: Sam Torne
Brasil se prepara para participar en dos de los eventos más importantes sobre el cambio climático y la biodiversidad: la COP16 en Cali y la COP29 en Bakú, Azerbaiyán. En ambas cumbres, el país sudamericano centrará su preocupación en la necesidad de financiación internacional para apoyar la preservación del medio ambiente en los países en desarrollo. Esto es especialmente relevante en Brasil, que alberga la selva amazónica, un ecosistema vital para la biodiversidad global.
En la COP16, que se llevará a cabo entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre en Colombia, Brasil destacará la importancia de proteger la biodiversidad tropical. Los ecosistemas como la Amazonía desempeñan un papel crucial en la regulación del clima y el almacenamiento de carbono, pero los países en desarrollo que los albergan no siempre cuentan con los recursos suficientes para implementar las medidas necesarias de conservación. De ahí la necesidad de un financiamiento adecuado por parte de las naciones más ricas, un tema que ha sido discutido en numerosas ocasiones pero aún no se ha resuelto de manera efectiva.
El Gobierno brasileño también aprovechará la COP29 en Azerbaiyán, que se celebrará del 11 al 22 de noviembre, para recalcar la importancia de cumplir con los acuerdos financieros ya establecidos en foros anteriores, como el Acuerdo de París. Este pacto internacional establece compromisos clave en la lucha contra el cambio climático, incluyendo la provisión de fondos a los países de ingresos bajos y medios para que puedan proteger sus bosques y mitigar el impacto ambiental de sus economías.
Además, Brasil buscará unir los debates de ambas conferencias, destacando la relación intrínseca entre la biodiversidad y el cambio climático. Según los diplomáticos brasileños, los esfuerzos de preservación deben integrarse en un marco global que incluya la reforma de los modelos económicos y de gobernanza. Esto es particularmente relevante en el contexto de la presidencia brasileña del G20, un foro en el que Brasil ha defendido un enfoque más amplio y transversal de las cuestiones climáticas.
Por último, la COP29 también servirá como preparación para la COP30, que se celebrará en 2025 en la ciudad amazónica de Belén. Este evento ofrecerá a Brasil la oportunidad de posicionarse como líder en las negociaciones climáticas globales y fortalecer su rol en la protección de la Amazonía, un objetivo que ha sido central en la agenda ambiental del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
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