Redactor: Sam Torne
Alejandro Landín Garza, egresado del Tecnológico de Monterrey y financiero de profesión, ha canalizado su pasión por el medio ambiente hacia la innovación tecnológica. Como CEO de Syntropia, lidera una startup dedicada a descarbonizar el tratamiento de residuos orgánicos y producir biofertilizantes de alta calidad para la agricultura regenerativa.
En 2022, México envió más de 20 millones de toneladas de residuos orgánicos a rellenos sanitarios, generando emisiones significativas de metano, un gas de efecto invernadero con un impacto considerable en el cambio climático. Las metodologías tradicionales, como la composta y la biodigestión, aunque efectivas, son lentas y poco rentables a escala industrial, lo que dificulta su adopción masiva.
La innovación de syntropia: transformación en tiempo récord
Tras dos años de investigación y experimentación, Syntropia ha desarrollado una tecnología que reduce el tiempo de transformación de residuos orgánicos de 30 días, como en la composta industrial, a tan solo 10 horas. Este avance permite procesar grandes volúmenes de residuos en espacios reducidos y con mayor eficiencia. Por cada kilogramo de biofertilizante producido, se evita la emisión de aproximadamente 8.5 kilogramos de residuos, contribuyendo significativamente a la reducción de gases de efecto invernadero.
Colaboración científica y expansión
En 2021, Landín Garza incorporó a Fabiola Sánchez, científica e investigadora, como socia en Syntropia. Juntos, perfeccionaron el proceso de transformación rápida de residuos orgánicos en fertilizantes sin emisión de metano. En febrero de 2023, inauguraron su primera planta piloto en la Ciudad de México, iniciando la producción de biofertilizantes basados en residuos orgánicos.
Actualmente, Syntropia suministra sus productos a diversos clientes del sector agrícola, ofreciendo un acarreador de nutrientes que mejora la eficiencia y reduce el uso de agroquímicos.
Reconocimientos
La innovación de Syntropia ha sido reconocida en plataformas como el Heineken Green Challenge, donde obtuvo el segundo lugar en su séptima edición. Este reconocimiento destaca su contribución al desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente.
Entre los planes futuros de la empresa se encuentra la construcción de una segunda planta con capacidad para producir dos toneladas diarias de biofertilizante. Además, buscan licenciar su tecnología a gobiernos y corporativos interesados en descarbonizar sus cadenas de valor, especialmente en el manejo de residuos. «Estamos abiertos a empresas que quieran descarbonizar su cadena de valor, especialmente en el tema de residuos», indicó Landín Garza.
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