Redacción: Inés Arroyo
Cada año, millones de animales son transportados dentro y fuera de Europa, sufriendo condiciones extremas durante los viajes. A pesar de las leyes existentes, el maltrato sigue siendo una realidad en la industria del transporte de animales vivos, especialmente cuando estos son exportados fuera de la Unión Europea (UE), hacia países que no cuentan con las mismas protecciones para el bienestar animal.
En 2022, más de 1.5 mil millones de animales fueron transportados a través de la UE y hacia países no europeos. Las aves de corral representaron el 97% de estas exportaciones. Durante los viajes, los animales son sometidos a condiciones inadecuadas: largos trayectos sin comida ni agua, exposición a temperaturas extremas y falta de atención médica. En muchos casos, los animales no sobreviven a estos abusos. Ejemplos trágicos como el naufragio de un barco con 6,000 animales a bordo o la retención de animales en puertos sin alimentos durante semanas, muestran la gravedad de la situación.
A pesar de los esfuerzos de organizaciones como Eurogroup for Animals, las leyes europeas siguen siendo insuficientes. Desde diciembre de 2023, los responsables políticos de la UE han trabajado en una nueva versión del Reglamento de Transporte de Animales, pero la propuesta inicial no ha sido suficiente. Aún permite que los animales sean transportados durante días sin considerar su bienestar. También permite que animales en malas condiciones de salud, como aquellos en avanzado estado de gestación o heridos, sean transportados.
Para cambiar esta situación, es urgente que la UE implemente reformas efectivas. Es necesario limitar los tiempos de transporte y establecer normas específicas para cada especie. También debe prohibirse la exportación de animales a países donde no haya leyes adecuadas para su protección.
Los ciudadanos de la UE apoyan estas reformas. Según un informe de Eurobarómetro de 2023, el 83% de los encuestados consideran que se deben reducir los tiempos de transporte para proteger el bienestar de los animales. Además, países como el Reino Unido, Nueva Zelanda y Luxemburgo ya han prohibido las exportaciones de animales vivos para sacrificio, un modelo que podría servir de ejemplo para Europa.
La UE tiene la oportunidad de liderar un cambio global en la protección de los animales. No hay tiempo que perder: es hora de actualizar las leyes y poner fin a esta crueldad.
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