Redacción: Arturo Cruz
México históricamente dependiente de EE. UU. enfrenta una crisis en sus cimientos dietéticos. En 2024 el país importó 23.6 millones de toneladas de maíz casi la totalidad proveniente de Estados Unidos mientras su producción nacional cayó a menos de la mitad del consumo.
Maíz blanco y amarillo en declive
- La producción de maíz blanco, principal consumo humano, se espera caiga de ~24 Mt en 2020 a apenas ≈19.3 Mt en 2025 —–⩾20 % menos en cinco años.
- Según el GCMA, se proyecta una autosuficiencia rondando el 47 % en 2025, el nivel más bajo del siglo.
Dependencia creciente en carne y proteínas
- México importa gran parte de su carne de res, cerdo y pollo lo que revela una autosuficiencia en proteínas por debajo de 0.85 para cerdo, maíz y trigo .
- En cambio, sectores como el frijol muestran mejor estabilidad, con índices aproximados de 0.93.
Causas del deterioro
- Políticas y apoyos insuficientes: La desaparición de subsidios a cultivos medianos y grandes por el sexenio anterior, más competencia con productos subsidiados de EE. UU..
- Clima adverso y sequías: La falta de agua redujo la superficie sembrada, principalmente en Sinaloa, motor del maíz de riego.
- Tratados de libre comercio sin protección: El T-MEC impide aranceles y permite dumping de granos baratos, afectando a productores locales.
Propuestas y retos a futuro
- El nuevo programa Cosechando Soberanía, lanzado en 2025 por la Presidencia, destina casi 54 mil millones de pesos este año para respaldar a 300 000 productores (con metas de aumentar a 750 000 en 2030), con créditos, seguros agroclimáticos y precios garantizados.
- Expertos insisten en impulsar tecnología de riego, mejorar rendimientos por hectárea y fortalecer cadenas de comercialización regional.
¿Por qué nos importa?
- La pérdida de autosuficiencia alimentaria reduce la seguridad y soberanía nacional, haciéndonos vulnerables a crisis externas o alzas de precios internacionales.
- Afecta a los productores rurales, amenazando la economía de zonas rurales y acentuando la desigualdad.
- Incide directamente en la salud pública, ya que el maíz es base de la dieta y gran fuente de proteínas.
Más allá de sus impactos económicos y sociales, la creciente dependencia alimentaria de México también plantea serios desafíos ambientales. La disminución de la producción nacional de maíz, carne y otros alimentos ha derivado en un uso menos eficiente del territorio, el abandono de prácticas agroecológicas tradicionales y una mayor presión sobre ecosistemas extranjeros para satisfacer nuestra demanda interna.
Además, el modelo de importación masiva fomenta cadenas de suministro más largas y contaminantes, con una mayor huella de carbono asociada al transporte y al procesamiento industrial de alimentos. Frente al cambio climático y la crisis hídrica, fortalecer la producción local con sistemas resilientes, de bajo impacto y eficientes en el uso del agua no solo es una apuesta por la soberanía alimentaria, sino también una necesidad ambiental urgente.
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