Redacción: Inés Arroyo
México ha perdido 4.9 millones de hectáreas de ecosistemas naturales en las últimas dos décadas, un área equivalente al tamaño de Costa Rica. Esta grave disminución fue señalada por María José Villanueva, directora de conservación del Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF) en el país.
Actualmente, mil 573 especies están en peligro de extinción, según la norma oficial mexicana NOM-059. La principal causa de esta deforestación es la agricultura y ganadería no sostenibles. Como resultado, el 42% de los acuíferos en el país ya no tienen disponibilidad de agua.
La reducción de ecosistemas afecta la capacidad de México para capturar gases de efecto invernadero y enfrentar eventos climáticos extremos. Según el Inegi, el costo de la degradación ambiental equivale al 4.1% del producto interno bruto (PIB) nacional.
Villanueva advierte que “la naturaleza está emitiendo señales de alerta”. La pérdida de biodiversidad y el cambio climático son crisis interconectadas que llevan a la fauna y los ecosistemas a sus límites.
En respuesta a esta crisis, WWF México ha lanzado la iniciativa “Naturaleza de vuelta”. Este proyecto busca conservar lo que queda, restaurar lo que se ha perdido y reducir la huella ambiental del país.
Las metas incluyen la conservación del 30% de las áreas terrestres y acuáticas para 2030, así como la restauración de 500 mil hectáreas. También se busca proteger especies clave como el jaguar, la mariposa monarca y las ballenas.
Ante la situación actual, es vital tomar medidas urgentes y colectivas. La colaboración entre autoridades, organizaciones y la ciudadanía es esencial para enfrentar este desafío ambiental crítico y asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
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