México, uno de los países más vulnerables al cambio climático, por lo que sería ideal que encabece la lucha contra el calentamiento global, de acuerdo con la Coparmex.
El análisis realizado por Coparmex concluye que nuestro país, podría ser uno de los principales ejemplos a seguir para revertir el calentamiento global, la emisión de contaminantes y en la prevención y gestión de crisis y desastres.
A través de un comunicado, la Coparmex señaló que en México se sufre por la falta de agua, “hemos sido testigos de un huracán como Otis que, en cuestión de horas, alcanzó una categoría 5 con consecuencias devastadoras. La recuperación de Acapulco y la costa de Guerrero llevará años y una inversión de al menos 300 mil millones de pesos”.
El cambio climático es una realidad que se hace cada vez más evidente en México. El mes de octubre de 2023, de acuerdo con los registros que tiene Coparmex, fue el más cálido en la historia del mundo, y el país no fue la excepción.
Según el Monitor de Sequía del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), al 15 de noviembre de 2023 más del 71.5 por ciento del país enfrenta una sequía anormal.
La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se encuentra en situación crítica con recortes no vistos al abasto de agua por el bajo nivel en las presas del Sistema Cutzamala.
En junio de 2023, a nivel nacional llovió 61 por ciento menos en relación con el promedio del mismo mes de 1991 a 2020. El escenario futuro es desolador; según la ONU, las sequías se duplicarán para el 2050.
¿Qué podemos hacer?
No podemos quedarnos de brazos cruzados, alerta la Coparmex, ya que el desastre en Acapulco reveló que mientras los daños de los fenómenos meteorológicos crecen, la protección a la población, la prevención y la planeación en el crecimiento urbano se quedaron estancados.
Recomiendan las siguientes acciones, ya que es impostergables en materia de prevención y atención de desastres:
- Planes, programas y acciones integrales del Gobierno: El gobierno, en sus tres órdenes, debe ser el primero en estar preparado. Debe restablecerse la operatividad del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) mejorándolo, siendo más transparente, con reglas de operación robustas y eliminando cualquier posible viso de corrupción.
- Minimizar costos: La cultura de los seguros contratados, ya sea por el gobierno o por los privados, debe cambiar. Hoy, solo 7 de cada 100 hogares mexicanos cuenta con un seguro contra daños.
- Y acciones impostergables para mitigar y revertir el cambio climático:
- Transición hacia energías renovables: Fomentar la generación de energía a partir de fuentes renovables como la solar, eólica e hidroeléctrica, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero asociados con la producción de electricidad.
- Apostar por la eficiencia energética: Implementar medidas para reducir el consumo de energía en edificaciones, industrias y transporte. Esto incluye la adopción de tecnologías más eficientes, prácticas de construcción sostenibles y el fomento del transporte público y vehículos eléctricos.
- Conservación forestal: Deben protegerse y gestionarse de manera sostenible los bosques y selvas; eso ayuda a absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera. Además, la reforestación y restauración de áreas degradadas pueden aumentar la capacidad de captura de carbono.
- Gestión del agua: Implementar medidas de conservación del agua, así como infraestructura que ayuden a adaptarse a la variabilidad climática. Esto incluye la captación de agua de lluvia, el tratamiento y reutilización del agua en industrias y hogares, la modernización de sistemas de riego y la gestión sostenible de cuencas hidrográficas. Es urgente una Ley de Aguas moderna y con visión de largo plazo y recursos suficientes.
- Agricultura sostenible: Promover prácticas agrícolas que sean resistentes al cambio climático, como la agricultura de conservación, la rotación de cultivos y la gestión eficiente del agua.
- Educación ambiental: Fomentar la conciencia ambiental y la educación sobre el cambio climático en la población es fundamental.
- Se requieren mejores políticas públicas y recursos suficientes. Colocar al centro a las personas y dejar de creer que se puede dañar al medio ambiente sin que eso tenga terribles consecuencias. La cultura de protección civil debe fortalecerse; sociedad y gobierno deben trabajar juntos para proteger a la población y en situaciones críticas, deberán coordinarse para atender la emergencia y reconstruir los espacios destruidos. Nadie es mejor que todos juntos.
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