Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) envió una comunicación oficial al Gobierno de México para expresar su “profunda preocupación” sobre la legalidad, viabilidad climática y compatibilidad con los derechos humanos de los megaproyectos de gas fósil licuado (GFL) planeados en el Golfo de California. La carta, fechada el 2 de septiembre y respaldada por nueve relatorías especiales, señala que la instalación de cuatro terminales —Saguaro Energía, Vista Pacífico, AMIGO LNG y GNL Cosalá— junto con dos gasoductos (Sierra Madre y Corredor Norte) podría impulsar a México a convertirse en el cuarto exportador mundial de GFL. Sin embargo, advierte que dicha expansión sería “a costa de la salud, los ecosistemas, las comunidades y los compromisos climáticos del país”.
Los expertos de la ONU enfatizan que estos proyectos avanzan sin evaluaciones ambientales completas, sin garantizar procesos de transparencia y sin la participación plena de las comunidades potencialmente afectadas. En su señalamiento, recuerdan que estas fallas podrían colocar a México en incumplimiento de acuerdos internacionales como el Acuerdo de París y el Acuerdo de Escazú, además de contravenir disposiciones ambientales y de derechos humanos establecidas en la Constitución mexicana.
La comunicación destaca que los megaproyectos representan riesgos sustanciales por las emisiones previstas de gases de efecto invernadero, la contaminación tóxica derivada de la operación y la alteración de ecosistemas costeros y marinos altamente sensibles. Estos impactos, indican, también podrían vulnerar derechos fundamentales como la alimentación, la salud, un ambiente sano y el desarrollo de las comunidades locales. Los relatores recalcan que “la quema de combustibles fósiles constituye una de las actividades humanas con mayor impacto sobre el clima de la Tierra”.
Además, la ONU advierte que permitir este crecimiento acelerado de infraestructura fósil en un momento en que la comunidad internacional avanza hacia la descarbonización significaría un retroceso para México, exponiendo a las comunidades de Sonora y Sinaloa a riesgos acumulados: degradación ambiental, sobreexplotación hídrica, afectaciones a pesquerías locales y conflictos sociales por falta de consulta previa.
El organismo multilateral también subraya la importancia del Golfo de California como uno de los ecosistemas marinos más diversos del planeta. La instalación de megaterminales energéticas y gasoductos podría interrumpir cadenas tróficas, modificar patrones de migración marina y afectar especies emblemáticas, además de generar emisiones y descargas contaminantes que impactan actividades económicas como turismo y pesca.
La ONU solicita que el gobierno mexicano garantice estudios de impacto ambiental exhaustivos, información accesible y procesos participativos que cumplan con estándares internacionales. La carta concluye reiterando que cualquier proyecto que comprometa los compromisos climáticos de México debe revisarse con urgencia, bajo un enfoque de derechos humanos y justicia ambiental.
