Redacción Marlone Serrano
México se encuentra en una encrucijada energética crucial de cara al 2025, un año que estará marcado por el impacto de eventos geopolíticos internacionales y decisiones clave en el ámbito nacional. La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de equilibrar los objetivos de soberanía energética de su gobierno con las limitaciones presupuestales, técnicas y operativas que imponen las circunstancias actuales.
Un contexto global complejo
A nivel mundial, el sector energético se define por dos conflictos principales: la guerra en Ucrania y las tensiones en Medio Oriente. No obstante, la consolidación de Estados Unidos como una potencia petrolera y gasera ha generado un suministro confiable que, contra todo pronóstico, estabiliza los precios del petróleo y el gas natural pese a la creciente demanda.
En el ámbito de la transición energética, la energía solar fotovoltaica y eólica seguirán su expansión, con la instalación de 250 nuevos GW globales liderados por China. A su vez, la energía nuclear resurge en los países desarrollados como una respuesta a las necesidades de seguridad energética.
Los cinco desafíos de México
El panorama energético mexicano estará determinado por cinco hitos principales que definirán el rumbo del sector en el corto y mediano plazo:
- Toma de posesión de Donald Trump
El regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos, con su enfoque en el desarrollo de infraestructura de hidrocarburos, podría redibujar el panorama regional. Se espera un impulso significativo a los proyectos de gas natural, lo que representa una oportunidad y un reto para México en términos de cooperación energética.
- Plan Nacional de Desarrollo (PND)
A presentarse en febrero, el PND delineará los objetivos prioritarios de la administración Sheinbaum, estableciendo las metas específicas en soberanía energética y desarrollo sustentable.
- Legislación secundaria de la reforma energética
Durante el primer trimestre del año, el Congreso discutirá cambios cruciales que redefinirán el papel de Pemex y la CFE, así como el concepto de «prevalencia» del Estado en el sector eléctrico. Estas modificaciones impactarán las perspectivas de crecimiento del sector para el periodo 2025-2030.
- Reforma de reguladores de competencia
La independencia y estructura de los reguladores del sector energético se debatirán en otra legislación secundaria. Este marco será clave para atraer inversiones, brindando certidumbre jurídica a empresas nacionales e internacionales.
- Elección de jueces y magistrados
Aunque no directamente vinculada al sector energético, la elección de nuevos juzgadores será determinante para la estabilidad jurídica del país. Una percepción de parcialidad en este proceso podría disuadir inversiones y generar conflictos comerciales internacionales.
La energía como ventaja competitiva
En un contexto de crecimiento económico limitado, México debe aprovechar su posición geográfica y su acceso a energía competitiva para atraer inversiones de alto valor agregado. Sin embargo, el éxito dependerá de cómo el país sortee estas cinco «aduanas».
El 2025 será un año de decisiones críticas para el futuro energético de México, donde la balanza entre soberanía y pragmatismo definirá el lugar del país en un mercado global en constante transformación.
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