Redacción: Inés Arroyo
Puerto Rico se enfrenta a un importante dilema sobre su futuro energético. La Gobernadora Jenniffer González presentó un proyecto de ley que ha causado gran preocupación en la isla. La propuesta sugiere eliminar los objetivos establecidos para el uso de energías renovables, proponiendo como única meta que Puerto Rico logre un 100% de energía renovable para 2050. Esta iniciativa pone en duda los avances que el territorio había logrado en los últimos años hacia la transición energética.
La nueva legislación elimina las metas intermedias que estipulaban cubrir el 40% de la demanda energética con fuentes renovables para 2025 y el 60% para 2040. En lugar de eso, se busca una meta a largo plazo, más ambiciosa pero sin un plan claro para los próximos años. Esto abre la puerta para que la quema de carbón continúe hasta 2035, aunque la política actual dictaba que la planta de carbón cerraría en 2028.
Este cambio ha sido fuertemente criticado por ambientalistas y profesionales de la salud, quienes advierten sobre los graves efectos de la quema de carbón en la salud de la población, especialmente en una isla con una alta tasa de enfermedades respiratorias, como el asma. Según los especialistas, los combustibles fósiles contribuyen al deterioro de la salud pública y retrasan la transición hacia fuentes de energía más limpias.
Pedro Saadé, abogado especializado en derecho ambiental, señala que la eliminación de las metas intermedias podría frenar el progreso hacia un sistema energético más sostenible. Para él, esta medida pone en peligro los esfuerzos realizados para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
Sin embargo, la gobernadora ha defendido su propuesta, argumentando que la prioridad debe ser resolver los problemas de infraestructura eléctrica antes de avanzar hacia un sistema completamente renovable. Además, anunció un contrato con Tesla para la compra de sistemas de almacenamiento de energía, lo que, según ella, ayudará a estabilizar la red eléctrica de Puerto Rico.
A pesar de esta medida, la comunidad política y los ciudadanos siguen preocupados por la falta de acciones concretas para resolver la crisis energética en la isla. Con los cortes de electricidad aumentando, Puerto Rico continúa luchando por encontrar una solución que equilibre el uso de energías renovables y la necesidad urgente de una infraestructura energética más estable.
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