Redacción: Inés Arroyo
El Ministerio de Transición Ecológica de España se alista para una nueva subasta de energías renovables, programada para principios de 2025, después de que la subasta de noviembre de 2022 no tuviera éxito. En esa ocasión, solo se adjudicaron 50 megavatios de los 3.300 disponibles para proyectos fotovoltaicos y eólicos.
Esta nueva subasta se enfrenta a un contexto diferente: los precios de la energía son más bajos, lo que podría hacerla más exitosa que la anterior. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto. Los productores de energía renovable buscan estabilidad a largo plazo debido a la volatilidad de los precios, lo que podría aumentar el interés en los contratos ofrecidos. No obstante, los expertos advierten que la subasta debe ser cuidadosamente diseñada para evitar que especuladores se lleven los contratos. Solo las empresas con proyectos reales y autorizaciones de construcción deberían poder participar.
Además, uno de los mayores desafíos es la financiación. Aunque existe un interés por invertir en proyectos renovables, los bajos precios actuales dificultan la obtención de financiamiento. Los contratos bilaterales, que fueron útiles cuando los precios de la energía eran altos, ya no son suficientes para asegurar los recursos necesarios.
En paralelo, el Gobierno también prepara una subasta por el lado de la demanda, orientada a sectores como los centros de datos, que buscan instalarse en España debido a los precios competitivos de la electricidad. Esta subasta también es clave para el futuro del sector.
Asimismo, la reciente aprobación de la Circular 1/2024 de la CNMC permitirá una mayor flexibilidad para la conexión de nuevas tecnologías, como baterías o electrolizadores, a la red eléctrica, lo que facilitará la integración de energías renovables.
Sin embargo, el sector enfrenta retos adicionales. Comunidades autónomas como La Rioja, País Vasco y Aragón han implementado impuestos sobre las instalaciones de energías renovables, lo que podría frenar la inversión. Por el contrario, regiones como Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León mantienen políticas más favorables.
La subasta de 2025 llega en un momento clave para la transición energética de España. Aunque las expectativas son altas, será necesario superar obstáculos financieros y regulatorios para garantizar el éxito de este proceso y avanzar hacia una energía más limpia y sostenible.
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