Miguel Tirado Rasso
mitirasso@yahoo.com.mx
…pero siempre existe la posibilidad
de que estos maestros del maquiavelismo
político (YSQ y Monreal) tengan otros datos y
sus diferencias no lo sean tanto y sí,
en cambio, parte de una jugada maestra.
Lo que pudo significar la primera gran fractura morenista de pronóstico reservado, con la elección para la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, concluyó como una simple escaramuza, en la que los duros del partido en el poder no vieron ni las placas del vehículo que los arrolló. Su propuesta para ocupar la Mesa Directiva, con la que se buscaba compensar al senador Higinio Martínez, perdidoso en la carrera por la candidatura al gobierno del Edomex, no logró los votos suficientes para ganarle al senador Alejandro Armenta, el gallo del presidente de la Jucopo, Ricardo Monreal.
Es más, en el maquiavélico juego para la titularidad de la Mesa Directiva y, ante la evidente división interna entre los de Morena, la oposición vio una posibilidad para fortalecer su posicionamiento apoyando para el cargo al propio senador Monreal. Una amenaza que no pasó a mayores, porque los senadores morenistas optaron por aceptar al candidato de Monreal, sin mayores aspavientos y éste prefirió no cruzar el Rubicón, dejando a la oposición vestida y alborotada.
Seguramente que en Palacio Nacional esta jugada no cayó muy bien, pero en las circunstancias del momento con varios pendientes en los trabajos legislativos, Morena necesita cuidar sus mayorías en el Congreso y una fractura haría las cosas todavía más difíciles. Por esto, el incidente del Senado no mereció mayores comentarios, a pesar de que, la jugada de tres bandas de la dirigencia de Morena (debilitar al presidente de la Jucopo, compensar al senador Higinio Martínez y amarrar su apoyo para la campaña de Delfina Gómez, candidata al gobierno del Edomex), se frustró.
Ricardo Monreal mostró colmillo y habilidad política, pero estiró, aún más, la liga con Palacio, considerando, quizás, que su relación no puede empeorar más. De cómo se vayan resolviendo los encargos de
la Presidencia, dependerá su tiempo de permanencia, aunque los otros tiempos, los de la sucesión adelantada, obligan a tomar decisiones. Y es que, el dirigente de Morena, Mario Delgado, ha dicho que para agosto de 2023 su partido tendrá ya candidato presidencial.
El senador dice que es “el arma secreta de YSQ”. La realidad es que es un factor útil, necesario y efectivo, al menos, por el momento, para conciliar con la oposición cuando son indispensables sus votos. Por lo pronto, no se ve, en la bancada de Morena, quién lo pueda sustituir y nada garantiza que su salida no genere divisiones. Su buena relación con la oposición, tal vez ahora un poco abollada, le ha permitido sacar adelante polémicas iniciativas. Su liderazgo es indiscutible, pero ocupa un espacio estratégico que los de la línea dura de la 4T y las mismísimas corcholatas no ven con buenos ojos y quisieran la posición para alguno de sus allegados.
También el titular del Ejecutivo quisiera contar con un presidente de la Jucopo y un coordinador parlamentario en el Senado con las características de los que operan en la Cámara de Diputados. Esto es, al estilo 4T, sumisos y sin iniciativa. Que sigan al pie de letra, sin cuestionamientos, la instrucción de que sus iniciativas sean aprobadas sin modificarles ni una coma, y que no importa si los proyectos no estén bien fundamentados y contengan contradicciones constitucionales que a la larga dificulten su aplicación, porque la “justicia debe prevalecer sobre la ley”. Y es que, para efectos de la Cuarta Transformación, cualquier ley que se oponga a los planes de Palacio debe ser reformada, eliminada o ignorada.
Monreal va hacia una apuesta difícil y riesgosa. No ha dejado de afirmar que pretende estar en la boleta para 2024. Seguramente no de parte de Morena, por lo que no le queda más que mirar hacia la acera de enfrente. En la oposición hay claridad de que si no van en alianza no tienen posibilidades. Si bien, ya se empiezan a mencionar nombres de aspirantes del PAN, del PRI y de Movimiento Ciudadano, la conciliación para sacar un candidato de unidad no está fácil. El senador podría convertirse en un atractivo, si, además, puede aportar votos de morenistas inconformes.
Pero primero, habrá que ver cómo y cuándo se define su posición en el tablero político, porque todo lo anterior es una interpretación de cómo se perciben las cosas, pero siempre existe la posibilidad de que estos maestros del maquiavelismo político (YSQ y Monreal) tengan otros datos y sus diferencias no lo sean tanto y sí, en cambio, parte de una jugada maestra.
Septiembre 8 de 2022
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