Modou Fall, un hombre de 50 años, se pasea por las calles de Dakar vestido con un traje hecho de bolsas de plástico de colores. Algunos lo consideran un loco, pero él tiene una misión: concienciar a la población sobre la peligrosa contaminación por plástico.
«El plástico es un asesino silencioso, nadie piensa en los peligros que genera. Creemos que forma parte de nuestra vida, pero no lo es, está ahí para matarnos», explicó Fall.
Fall lleva años luchando contra la invasión de plástico en Senegal. En 2006 fundó la asociación Senegal Propre (Senegal Limpio) y desde entonces ha organizado limpiezas en playas, estadios y otras zonas públicas.
En Senegal se generan 200.000 toneladas de residuos plásticos al año, de las cuales solo se reciclan 9.000. El resto se quema al aire libre o se arroja a la naturaleza, contaminando el suelo, el agua y el aire.
Fall critica la falta de acción por parte del gobierno: «No es una prioridad aquí», dice. «Me gustaría que las autoridades tuvieran en cuenta las soluciones que están encontrando otros países para proteger el medioambiente».
A pesar de las dificultades, Fall no se rinde. Su sueño es un Senegal «sin plásticos, como Ruanda, limpio y verde».
En su pequeño jardín comunitario en Guédiawaye, Fall y su equipo cultivan plantas medicinales, frutas, verduras y árboles. Además, reciclan neumáticos transformándolos en sillas.
El mensaje de Fall es claro: todos tenemos que actuar para proteger el planeta. «Si no hacemos algo ahora, será demasiado tarde», advierte.
«Yo solo soy un ciudadano que quiere hacer algo por su país», dice Fall. «Si todos nos unimos, podemos lograr un cambio».
Conoce el trabajo de Modou Fall en el siguiente link:
https://www.facebook.com/100001254678052/videos/275713921150897/
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