Redactor: Sam Torne
Un reciente informe publicado en BioScience advierte que el planeta se encamina hacia un aumento catastrófico de la temperatura de 2.7°C por encima de los niveles preindustriales para finales de este siglo, a menos que se tomen medidas inmediatas para frenar el consumo de combustibles fósiles y la degradación ambiental. Este hallazgo forma parte del informe anual de 2024 sobre el «Estado del Clima», dirigido por un equipo de científicos internacionales, que alerta sobre el deterioro en 25 de los 35 indicadores clave de la salud planetaria.
El reporte destaca que, aunque las energías renovables como la eólica y la solar aumentaron un 15% en 2023, su participación sigue siendo insuficiente frente al crecimiento del uso de combustibles fósiles, como el petróleo y el carbón. Además, la pérdida de bosques alcanzó cifras alarmantes, con 28.3 millones de hectáreas deforestadas en 2023, lo que contribuye al incremento de emisiones de dióxido de carbono. Otros problemas críticos incluyen el aumento de las emisiones de metano provenientes de la ganadería, la acidificación de los océanos y el deshielo acelerado en Groenlandia y la Antártida.
A pesar del sombrío panorama, el informe también propone soluciones viables para mitigar la crisis climática. Entre ellas, se plantea la implementación de un impuesto global al carbono, el aumento de la eficiencia energética, la protección y restauración de ecosistemas, y la promoción de dietas más sostenibles basadas en alimentos de origen vegetal. Los científicos insisten en que estas acciones son esenciales para reducir el calentamiento global y evitar un futuro de sufrimiento humano y pérdida irreversible de biodiversidad.
El llamado a la acción es urgente: el futuro de la humanidad está en juego, y solo a través de una acción decisiva y concertada se podrá garantizar que las generaciones futuras hereden un planeta habitable.
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