Redacción: Inés Arroyo
El cacao mexicano, un ingrediente esencial de nuestra gastronomía, enfrenta una de las crisis más graves en los últimos 50 años. Lo que se anticipaba como una amenaza para el futuro, impulsada por el cambio climático, ha llegado de manera abrupta, afectando tanto la producción como los precios en el mercado global.
Las cosechas de cacao en México han caído hasta un 80% debido a las sequías extremas, las lluvias intensas y la moniliasis, una enfermedad que ha devastado los cultivos. Esto ha generado una escasez significativa en la oferta de cacao, mientras que la demanda global sigue aumentando. Como resultado, el precio del cacao se ha disparado, pasando de 60-80 pesos por kilo a entre 220 y 250 pesos actualmente.
Según la Organización Internacional del Cacao (ICCO), la producción mundial de cacao disminuyó un 11% durante la temporada 2023/2024, lo que representa un déficit de 374,000 toneladas. Este fenómeno está afectando de manera crítica a los productores mexicanos, quienes luchan por mantener sus cultivos en medio de condiciones climáticas adversas. Las lluvias repentinas e intensas han inundado campos, mientras que las sequías prolongadas han dificultado la hidratación de las plantas.
A esta crisis climática se le suma la propagación de la moniliasis, una enfermedad provocada por un hongo que daña las mazorcas de cacao. Los productores mexicanos aún no han logrado controlar esta enfermedad, lo que agrava aún más la situación.
Con la escasez de cacao, las industrias chocolateras se enfrentan a una difícil decisión: reducir la cantidad de cacao en sus productos o recurrir a sucedáneos como mantecas vegetales y sabores artificiales. El impacto de la crisis ya es evidente: el cacao puro, especialmente en productos de alta calidad, se está convirtiendo en un lujo inaccesible para muchos.
Sin embargo, los expertos ven en esta crisis una oportunidad para fortalecer el mercado del cacao mexicano. Armando Muñoz, fundador del DRUPA Museo Interactivo del Chocolate, y Lizbeth Hernández, maestra chocolatera, coinciden en que si los consumidores valoran más el cacao mexicano, este podría recuperar su lugar en el mercado. «El cacao mexicano tiene una historia milenaria y debe ser apreciado como el superalimento que es», señala Lizbeth Hernández.
Para enfrentar la crisis, es esencial que los mexicanos consuman más cacao de calidad y que, al elegir productos de chocolate, prefieran aquellos con alto contenido de cacao, preferentemente de origen mexicano. De esta manera, se puede apoyar a la cadena productiva y garantizar la sobrevivencia del cacao en el país.
La crisis del cacao es una llamada de atención urgente para todos los involucrados en la cadena de producción. Aunque la situación es compleja, un esfuerzo conjunto entre productores, autoridades y consumidores podría ayudar a mitigar sus efectos y preservar el cacao mexicano como un símbolo cultural y económico.
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