La refinería de Pemex en Cadereyta, Nuevo León, se encuentra en el ojo de la tormenta debido a su contribución significativa a la contaminación del aire en la zona metropolitana de Monterrey. La instalación ha sido identificada como una fuente principal de emisiones de dióxido de azufre, un gas tóxico asociado con un aumento en la mortalidad y diversas enfermedades respiratorias. La comunidad local y las organizaciones ecologistas han exigido acciones inmediatas para abordar esta situación, incluyendo el cierre de la refinería.
Alerta ambiental en Cadereyta
Por primera vez, se ha emitido una alerta ambiental específicamente para Cadereyta debido a la calidad extremadamente mala del aire, derivada en gran parte de las emisiones de la refinería de Pemex. Durante 2023, hubo diez alertas ambientales, y ya se ha registrado una en 2024, lo que subraya la gravedad de la situación ambiental en la región. Esta contaminación está compuesta principalmente por partículas PM10, afectando severamente la calidad de vida de los residentes.
Inversión de Pemex para mitigar la contaminación
En respuesta a la crisis, Pemex ha anunciado una inversión de 82 millones de dólares en la Refinería de Cadereyta, destinada a la rehabilitación de calderas y la implementación de procesos de baja emisión de contaminantes. Esta inversión busca reducir la contaminación ambiental en un 95 por ciento, un esfuerzo significativo para abordar los problemas de calidad del aire en la región.
La respuesta del gobierno a la Comunidad
El gobierno de Nuevo León, bajo la dirección del gobernador Samuel García, ha tomado una postura firme en la lucha contra la contaminación, apoyando las demandas de la comunidad y buscando soluciones a largo plazo para garantizar un ambiente saludable. Sin embargo, la complejidad del problema, que involucra múltiples fuentes de contaminación y la necesidad de equilibrar consideraciones económicas y de salud pública, presenta un desafío considerable para todas las partes involucradas.
Oportunidades hacia adelante
La situación en Cadereyta destaca la necesidad urgente de políticas ambientales más estrictas y de inversiones relevantes en tecnologías limpias. Aunque la inversión de Pemex es un paso en la dirección correcta, la resolución de la crisis ambiental requerirá un esfuerzo concertado de todos los sectores de la sociedad, incluidas las empresas, el gobierno y la ciudadanía. La crisis también ofrece la oportunidad de repensar el modelo energético de la región, avanzando hacia fuentes más limpias que puedan asegurar el bienestar de las generaciones futuras.
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