Datos sorprendentes fuera del “romanticismo” de la vida de las abejas: los servicios que suministran las abejas a la agricultura global, podrían estar valorados en cerca de 200 mil millones de dólares por año, según científicos, lo que puede darnos una idea enteramente económica sobre las abejas y otros polinizadores para nuestra vida cotidiana.
Y como el pasado 20 de mayo fue el Día Mundial de las Abejas, se volvió a hablar de la importante función ecológica y económica que las poblaciones de abejas silvestres y domesticas desempeñan en nuestro beneficio.
En México hay cerca de dos millones de colmenas y más de 43 mil apicultores, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), ocupa el octavo lugar como productor de miel a nivel mundial. En estos cinco años recientes se promedió una producción anual de 57.9 mil toneladas y al cierre preliminar de 2021, la producción de miel en México totalizó 63 mil 362 toneladas, lo que significa un crecimiento de 17% en comparación con las 54 mil 165 toneladas registradas un año atrás, según datos de la Sader. Nuestros principales compradores son Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido.
Efectivamente México ha descendido en esta década en el ranking mundial de producción de miel, debido a que hay una reducción de un 32% de las colmenas, por ello es urgente legislar para evitar los agroquímicos agresivos y plantar parches florales que las suministren de alimento. Las grandes extensiones de campo son útiles, al igual que los jardines del hogar.
También, se han gestado iniciativas como el Atlas Nacional de las Abejas y Derivados Apícolas, en noviembre de 2021, (https://atlasabejas.agricultura.gob.mx) que es de acuerdo con su impulsor, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) es un producto robusto y un punto de partida para detectar necesidades de información sobre la apicultura y con ello, impulsar el desarrollo de esta actividad, de manera responsable y sustentable.
Con la información disponible para México, se estima que algunas plantas requieren al 100% de la polinización para dar frutos, como cacao, vainilla, melón, sandía, calabaza, calabacita y kiwi. Pero además pueden ayudar a mejorar la calidad de los alimentos, aun cuando estos no requieran ser polinizados para dar frutos, proporcionando mejor sabor, olor, color o valor nutrimental.
De la misma manera, al entender que las abejas polinizan plantas que dan elementos nutritivos y los cultivos que come el ganado, también de ellas depende la proteína animal que ingerimos.
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