Redacción: Inés Arroyo
El sector energético en México enfrenta importantes desafíos en 2025, un año clave para definir el rumbo de las políticas energéticas del país. La administración de Claudia Sheinbaum ha fijado como objetivo lograr que el 50% de la energía provenga de fuentes limpias para el cierre de su sexenio en 2030, aunque las proyecciones actuales sugieren que este objetivo está lejos de cumplirse. Para 2024, incluso la meta del 35% de energía limpia está fuera de alcance.
Otro de los grandes retos del gobierno es que el 54% de la generación de electricidad sea responsabilidad del Estado, principalmente a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Sin embargo, solo el 7.5% de la nueva capacidad de generación eléctrica entre 2018 y 2023 fue aportada por la CFE, lo que dificulta cumplir esta meta.
Asimismo, el gobierno ha mencionado su intención de lograr un «Pemex limpio», aunque, bajo las condiciones actuales de la empresa, este objetivo parece complicado de alcanzar.
El año 2025 también traerá la aprobación de las leyes secundarias de la reforma constitucional a los artículos 25, 27 y 28. Estas leyes cambiarán la estructura de la CFE, asignándole funciones de planeación y control, y eliminarán la participación privada en áreas clave como la transmisión y distribución de electricidad. Se espera que las leyes estén listas antes de finalizar el primer trimestre de 2025, aunque su implementación podría llevar más tiempo.
Además, se anticipa la extinción de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), lo que generará incertidumbre sobre cómo se reorganizarán sus funciones y recursos.
Mientras tanto, el sector privado mantiene una postura de cautela ante los anuncios del gobierno. A pesar de la apertura hacia la participación privada, se espera que el gobierno impulse una transición energética responsable y ordenada, con un enfoque más pragmático.
El 2025 será un año determinante para el sector energético de México. Con retos significativos y posibles cambios en la estructura del sector, el futuro de las energías limpias y la participación estatal en la generación de electricidad dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos meses.
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