Un reciente estudio publicado por el Centro de Investigación sobre la Energía y el Aire Limpio (CREA) ha arrojado una advertencia sombría sobre el impacto del descuido ambiental en Sudáfrica. El informe relaciona el aumento en la mortalidad con la demora en la implementación de políticas ambientales en el país, señalando que más de 15,000 vidas podrían estar en peligro debido a la dependencia del carbón y la falta de opciones de combustibles limpios.
Sudáfrica, que se encuentra entre los 12 mayores contaminantes del mundo y es el séptimo productor de carbón, se ha enfrentado a crecientes críticas por su retraso en la transición hacia fuentes de energía más limpias. A pesar de la creciente conciencia sobre los riesgos asociados con la dependencia del carbón, el país planea cerrar sus centrales térmicas recién después de 2030.
El estudio del CREA revela que esta demora en la adopción de políticas ambientales eficaces podría resultar en un exceso de mortalidad de 15,300 personas, directamente atribuible a la contaminación atmosférica. Además, se estima que los costos relacionados con esta situación superarían los 18 mil millones de dólares, principalmente debido a los gastos de salud y mantenimiento.
En Sudáfrica, el carbón desempeña un papel central tanto en la economía como en la producción de electricidad. Cerca de 100,000 personas trabajan en la industria del carbón, y aproximadamente el 80% de la generación de electricidad del país depende de este recurso no renovable.
El país ha estado lidiando con una crisis energética que ha llevado a cortes de energía programados que, en ocasiones, duran hasta 12 horas al día. Esta situación ha reavivado el debate sobre la necesidad de una transición hacia fuentes de energía más limpias.
Sin embargo, la transición hacia energías más limpias se ha visto obstaculizada por disputas internas en el gobierno, que históricamente ha recibido el respaldo de los sindicatos mineros y ha mantenido un fuerte apoyo al sector del carbón. Incluso el ministro de Energía, Gwede Mantashe, ha expresado públicamente su apoyo a la industria del carbón.
La revelación de este estudio subraya la urgencia de tomar medidas efectivas para abordar los problemas ambientales y de salud pública en Sudáfrica. La dependencia continua del carbón y la falta de políticas ambientales sólidas podrían tener consecuencias devastadoras en términos de vidas humanas y costos económicos, lo que subraya la necesidad de una transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
La comunidad internacional y los líderes locales se enfrentan a la tarea crucial de encontrar soluciones que equilibren las necesidades económicas y energéticas de Sudáfrica con la urgente necesidad de proteger el medio ambiente y la salud de sus ciudadanos.
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